Una joya amenazada por el crimen
Un día después de que el presidente López Orador se refiriera a México como un país más seguro que Estados Unidos, el gobierno de este último país lanzó a sus ciudadanos una alerta de viaje sobre los riesgos que entraña la temporada de Spring Break 2023 en Playa del Carmen, Tulum y Cancún, los destinos estelares de Quintana Roo.
La alerta solicitó a los paseantes tener precaución al visitar el centro de estos tres lugares, especialmente de noche; les recordó que ciudadanos estadounidenses han muerto o enfermado gravemente al usar drogas sintéticas o píldoras adulteradas compradas incluso con receta. Les recordó que hay venta de alcohol adulterado y que muchos de sus connacionales han perdido el conocimiento o recibido lesiones serias al consumir alcohol que “posiblemente estaba contaminado”.
El comunicado hizo referencia también a la posibilidad de sufrir agresiones sexuales.
De paraíso de la Riviera Maya, Playa del Carmen, joya del municipio de Solidaridad, se ha convertido en los últimos años en una tierra de nadie en la que los grupos criminales –el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco y el Cártel del Golfo– se disputan a tiros, a plena de luz día, el dominio de la venta de droga, del cobro de piso y de la extorsión.
Hace apenas un mes se reportó el hallazgo de cuatro cuerpos dentro de un vehículo de la Tesorería. Se trataba de inspectores de la Dirección de Cobranza y Fiscalización, encargados de verificar que los centros de entretenimiento tuvieran sus papeles en regla.
Según las investigaciones, fueron secuestrados y asesinados con armas blancas por empleados del bar La Cueva, ubicado en la Avenida Sur, quienes los sacaron cargando del lugar y se los llevaron en la misma camioneta en que habían llegado.
En los mismos días una balacera desató el pánico en la zona turística de Playa del Carmen. Policías municipales detuvieron a 15 presuntos extorsionadores que habían entrado, con armas largas, a cobrar “derecho de piso” en un restaurante de la Quinta Avenida.
A principios de este mes, otra balacera sacudió el bar La Cosecha, situado a unas cuadras de la visitada Quinta Avenida. El ataque fue realizado por los tripulantes de una motocicleta que hirieron gravemente a dos clientes del lugar, así como a un mesero.
Los ataques perpetrados por tripulantes de motocicletas se han vuelto comunes en Playa del Carmen. A mediados de enero un hombre bajó de una de estas e ingresó en una casa del fraccionamiento La Guadalupana, muy cerca del desarrollo turístico Mayakoba.
Abrió fuego repetidas veces y dejó en el piso los cadáveres de cuatro personas. Tres eran de la misma familia: padre, madre e hija. Ni el agresor ni su cómplice fueron detenidos.
Otros ataques ocurrieron a las puertas del restaurante La Martina (24 de febrero) y sobre la Avenida 10, en donde un taxista del sindicato Lázaro Cárdenas recibió varios disparos en el abdomen.
El 26 de febrero, dos cadáveres con cortes en el cuello fueron abandonados dentro de un auto en la zona residencial de Santa Fe. Las autoridades tomaron conocimiento de los hechos porque el auto abandonado provocó un disturbio vial.
La asociación de empresarios de Playa del Carmen acaba de denunciar que sus agremiados viven “prisioneros en sus casas” debido al “cobro de piso”, extorsiones de hasta 50 mil pesos por parte del crimen organizado.
Uno de ellos fue atacado mientras manejaba su auto. El líder de la asociación de empresarios, César García Lagunas, denunció: “Esto es lo que pasa cuando no pagas” y acusó a ministerios públicos de estar coludidos con los criminales.
Empresarios y comerciantes de Playa del Carmen han señalado que “el cobro de piso cobró otro nivel”, pues se ha extendido a toda clase de negocios. Los delincuentes obligan a propietarios de todos los giros –de discotecas a restaurantes– a que los dejen vender su droga dentro de los establecimientos.
Hace tres años, en abril de 2019, una cabeza humana y una narcomanta colocada en la parte trasera del palacio municipal anunció la entrada de un grupo criminal que iba contra “taxistas, halcones, comandantes estatales y fiscales”.
Un informe de inteligencia reveló que la administración de la entonces alcaldesa morenista Laura Beristáin, a través de su secretario de seguridad, le había abierto la puerta a grupos que llegaban a apropiarse de la venta de droga en Solidaridad: se trataba de facciones del Cártel del Golfo, del Cártel Jalisco, de los Rojos, de La Barredora, de Los Pelones y de los Zetas Vieja Escuela.
Cuatro años más tarde, en la era de la 4T, la situación está fuera de control. El año pasado en Playa del Carmen se registró el 20% de los mil 472 homicidios cometidos en Quintana Roo.
Empresarios, comerciantes y ciudadanos denuncian como parte de la oleada de imparable inseguridad que ha caído sobre ellos, a policías municipales y funcionarios del actual gobierno de la panista Lili Campos.
La joya de la Riviera Maya se convirtió en un bocado apetecible. Hoy, la expansión criminal y el abandono y la corrupción gubernamental han comenzado a asfixiarla como se han asesinado en México otros destinos turísticos, Acapulco entre ellos.
He aquí otro de los lugares que el presidente debería voltear a ver, en el tiempo que le dejen libre sus persecuciones a la prensa y sus exaltados odios políticos.