¿Vacunas y paracetamol causan autismo? Consulta todo los detalles

La Organización Mundial de la Salud niega una relación entre el autismo, el uso de paracetamol durante el embarazo y la aplicación de vacunas
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¿Paracetamol y vacunas causan autismo?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) refutó de manera contundente las afirmaciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al negar que exista un vínculo comprobado entre el desarrollo de autismo y la aplicación de vacunas o el consumo de paracetamol durante el embarazo.

La controversia surgió después de que el mandatario estadounidense desacreditara las vacunas y desaconsejara a las mujeres gestantes el uso de paracetamol por un supuesto alto riesgo de autismo para los niños.

En respuesta, un portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic, fue enfático al declarar que estos medicamentos no están ligados al padecimiento del trastorno del espectro autista

La organización sanitaria mundial advirtió que alterar o retrasar los calendarios de vacunación sin una base científica verificada aumenta significativamente el riesgo de infecciones, lo que representa un peligro no solo para los niños, sino para toda la comunidad.

¿Qué dice la ciencia sobre el paracetamol y el autismo?

Respecto al supuesto vínculo entre el paracetamol y el autismo, el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic, admitió que si bien algunos estudios de observación han sugerido una posible asociación, la evidencia científica es “inconsistente”. El vocero enfatizó que muchos otros estudios no han encontrado ninguna relación.

Actualmente, el paracetamol (o acetaminofén) sigue siendo el analgésico recomendado para el dolor o la fiebre en mujeres embarazadas, a diferencia de otros medicamentos como la aspirina o el ibuprofeno, que están contraindicados cerca del final de la gestación.

¿Por qué hay cada vez más casos de autismo?

Las declaraciones de Trump se enmarcan en la promesa de su gobierno de explicar lo que él describe como una “epidemia de autismo”. 

Sin embargo, la comunidad científica mayoritariamente rechaza este término y atribuye el aumento de diagnósticos en las últimas décadas a una mejora en los métodos de detección y no a un incremento real de la incidencia.

Los científicos han demostrado que la genética juega un papel fundamental en el origen del autismo, aunque también se investigan factores ambientales como la neuroinflamación o el uso de ciertos medicamentos durante el embarazo.

La OMS estima que alrededor de 62 millones de personas en el mundo viven con un trastorno del espectro autista e insiste en la necesidad de que la comunidad internacional intensifique los esfuerzos para comprender sus verdaderas causas.

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