Víctor Armando solicita ayuda de la comunidad

0
273

Cabo San Lucas.- A sus cuarenta y ocho años a Víctor Armando Chee Contreras le cambió la vida. Luego de ser una persona activa y mesero por muchos años de unos de los restaurantes de mariscos de este destino de playa, hoy lucha por su vida.

Don Víctor Armando llegó a Los Cabos en el año 99, trabajó de mesero en el desaparecido Restaurant Mocambo, luego incursionó en el área de alimentos y bebidas de varios hoteles de Cabo San Lucas, hasta que decidió irse a la ciudad de Tijuana.

“Nos decidimos irnos porque me ofrecieron una casa de oportunidad, pero nos iba bien, la casa es de dos pisos; pero a raíz de mi enfermedad, tuve que ir vendiendo todo poco a poco, hasta la casa que la remate en 30 mil pesos, porque después nos salió que no eran los dueños los que nos vendieron…ha sido algo difícil“.

Para Víctor Armando este viaje ha sido el más triste, ya que describe por qué tuvo que regresar a Cabo San Lucas “Vine a dejar a mi esposa, porque a mí me queda poco tiempo de vida; ella aunque es de Guaymas, aquí ha hecho su vida, tiene familia y la vine a dejar con mi hijo Veyrón de ocho años “.

El calvario que ha sufrido don Víctor Armando lo explica “Tengo tres años con insuficiencia cardiaca fase terminal, en términos médicos es Miocardiopatía Dilatada Idiopática e Insuficiencia Cardiaca Clase II de la N.Y.H.A., mi corazón está trabajando al diez por ciento de su capacidad, siempre que iba al seguro social me decían que lo que me pasaba era por estrés, nunca me hicieron estudios para saber el origen de todo lo que me pasaba“.

“Un día decidí que me haría los análisis particulares, me hicieron un eco-cardiograma que me costó siete mil pesos y ahí salió la afección del corazón, luego tuve un derrame cerebral, gracias a Dios salí bien y no me quedaron secuelas, bueno eso digo… y puedo decirle que hasta usaba pañal, me daba vergüenza porque no tenía control para hacer mis necesidades fisiológicas”.

“Hoy ya no uso pañal, ya puedo caminar poco pero lo hago, pero antes ni eso podía hacer, ya me estaba muriendo; se me hinchan mucho los pies, mi esposa es maestra de apoyo y está sin trabajo desde hace tres meses y yo sin trabajar”.

Al hablar de todo este proceso, su voz se quiebra, hace esfuerzos para no llorar “He intentado suicidarme tres veces, los médicos me decían que yo duraría mucho, mi corazón está crecido; no aceptaba el diagnóstico que me daban. Una vez me tomé todo el veneno para las cucarachas y no me hizo nada, luego intenté ahorcarme, porque le pedía a Dios que me llevara y se rompió la lámpara de donde me colgué, luego la tercera yo estaba muy desesperado, mi hijo de ocho años me vio y no pude hacerlo”.

Don Víctor con pena pide ayuda de la sociedad en general, a sabiendas que muchos la están pasando mal por la cuarentena, pero él refiere “Después de tanto pude ir aquí en San Lucas al Seguro Popular y ahí la doctora Gándara me mandó a que me checaran en el Hospital Salvatierra para que me vea el cardiólogo, tengo esperanza que me den buenas noticias de que puedan operarme y ¿sabe?, me invitaron a una iglesia cristiana y he recibido a Dios, él está obrando en mí“.

Un hombre que ha trabajado, que ha tenido su casa y sus cosas personales, pero que lo ha perdido todo por su salud, hoy solo pide que lo apoyen con algo de despensa, con jugos y fruta que es lo que tiene que comer, así como la ayuda en el pago de la renta .

“Una señora me donó trescientos pesos, cien los usé para comprar comida, porque hoy viernes no teníamos nada para desayunar, y los otros doscientos los aboné a la renta del cuartito que rentamos aquí en la colonia El Arenal. Estoy vendiendo el carrito que nos venimos manejando por cinco días de Tijuana, por si a alguien le interesa, pero quiero decirles que nos venimos con un colchón individual, una mesa y cobijas, eso es lo que nos quedó“.

Afligido don Víctor Armando finaliza “Estoy agradecido con la señora de la renta, con quien nos donó una despensa, me acaban de avisar que me la traerán y con la señora que me dio los trescientos pesos, gracias a Dios me arreglaron lo de mi pensión del seguro, pero será hasta el treinta de abril cuando me la den; ahorita no tenemos, por eso pido la ayuda de la comunidad. Yo tengo otros tres hijos, ya están casados; mi esposa también tiene sus hijos, pero los dos tenemos a mi pequeño de ocho años, que pude inscribirlo en la escuela Rosario Morales, agradecido con mi esposa Miriam Lizette González; pero en verdad hoy no teníamos nada para desayunar, porque hoy Dios me dijo que pidiera ayuda“.

Don Víctor solicita además el medicamento Copidrogel de 75 mg, jugos y fruta o queso cotagge, pueden llamarle al teléfono celular 664 551 0454.