Agricultura reduce apoyos y destina más presupuesto a salarios en México para 2026

El presupuesto campesino para 2026 muestra ajustes en gastos para programas productivos y mayores recursos dirigidos a salarios y programas sociales
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Agricultura reduce apoyos y destina más presupuesto a salarios en México para 2026

El Paquete Económico 2026 y los proyectos presupuestarios federales han generado debate en torno al destino de los recursos para el campo mexicano y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER). Los datos oficiales y análisis técnicos muestran que el presupuesto total de este ramo mantiene variaciones reales moderadas y prioriza gastos de operación y salarios por encima de aumentos sustanciales en ayudas directas o inversión productiva. 

El documento presupuestal publicado en el Diario Oficial de la Federación detalla las cifras proyectadas para el Ramo 08 “Agricultura y Desarrollo Rural” durante el ejercicio fiscal 2026. En su estructura se observa que gran parte de los recursos se destina a gasto corriente y servicios personales, incluidos los pagos de salarios y compensaciones, mientras que los recursos etiquetados como subsidios y apoyos productivos no registran incrementos significativos respecto al total del gasto.

¿Cómo se compara el presupuesto de 2026 con el año anterior?

Según estimaciones de consultores y la propia propuesta del gobierno federal, el presupuesto total para Agricultura y Desarrollo Rural para 2026 rondará los 75 mil millones de pesos, muy similar al nivel asignado en 2025. Esta cifra, aunque nominalmente mayor, representa una reducción real de alrededor de 2.5% al considerar inflación y variaciones económicas.

Analistas advierten que esta ligera variación no significa mayor capacidad de gasto para programas clave de apoyo al campo, sino que incorpora ajustes que favorecen rubros generales del gasto corriente, lo que incluye el componente de salarios administrativos y operativos del sector.

¿Qué implicaciones tiene esta reorientación de recursos?

Expertos en política fiscal señalan que cuando una proporción del presupuesto se concentra en gasto corriente, especialmente salarios y servicios personales, hay menos margen para ampliar programas de apoyo directo a agricultores pequeños y medianos. Esto ocurre a pesar de retos como variaciones climáticas, presión inflacionaria de insumos y necesidad de modernización tecnológica en el campo.

Organizaciones agropecuarias y representantes de productores han expresado preocupación porque los recursos destinados a subsidios productivos, inversiones en maquinaria o asistencia técnica no crecen a la par de las necesidades del sector. Aunque programas asistenciales siguen en el paquete presupuestario, no todos reciben incrementos reales sustanciales.

¿Qué dicen las autoridades y cómo responden los productores?

La propuesta de presupuesto para SADER prioriza instrumentos sociales y mecanismos de ingreso que contribuyen a la estabilidad de los productores rurales, pero no todos los actores del campo están satisfechos con los niveles de apoyo directo. Algunos grupos han señalado que, de no ajustarse los apoyos productivos, podría ser insuficiente para afrontar desafíos como precios de mercado o costos crecientes de insumos.

Al mismo tiempo, proyectos como el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable (PECDRS) reciben asignaciones interdependientes de varias dependencias, lo que refleja una tendencia a vincular recursos con objetivos sociales más amplios, pero también diluye la visibilidad del apoyo específico para actividades productivas.

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Autor

  • Carlos Cisneros

    Licenciado en Comunicación de la Universidad España en la ciudad de Durango. Tengo un gran sentido de la información y analizo las situaciones con objetividad.

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