Van 34 ballenas grises muertas en Baja California Sur
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Cortesía
En lo que va de la temporada de avistamiento de ballenas grises en Baja California Sur, se han reportado 34 muertes de estos mamíferos marinos. Este fenómeno, que se suma a la distribución anómala de las ballenas y la disminución de crías, ha generado preocupación en los científicos debido a la posible afectación de su población a largo plazo.
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Jorge Urbán Ramírez, responsable del Programa de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), explicó que las ballenas grises, que emigran anualmente a las costas de la entidad para reproducirse, enfrentan este año una situación atípica.
Urbán Ramírez indicó que las bajas temperaturas del agua, asociadas al fenómeno de La Niña, provocaron que las ballenas se distribuyeran más al sur de lo habitual. Esto, aunado a un mayor gasto energético en su migración, contribuyó a un número elevado de muertes.
“Lo que ha pasado este año es que el agua estuvo un poco más fría que otros años, es lo que se conoce como el fenómeno de La Niña, y las ballenas grises buscan la temperatura apropiada para criar a sus ballenatos y además para pasar el invierno. Entonces, lo que sucedió este año es que las ballenas se encontraron estas temperaturas que a ellas les gusta más al sur que lo normal”, explicó Urban Ramírez.
Urbán Ramírez también destacó que, en años anteriores, las muertes de ballenas se concentraban principalmente en crías, pero en esta temporada la mayoría de las muertes son de ejemplares adultos o jóvenes. Aclaró que este fenómeno no es necesariamente inusual, pero la combinación de las bajas temperaturas y el agotamiento energético parece haber afectado más a las ballenas este año.
“Este número no es muy diferente a otros años. Lo que hace diferente es que casi no hay crías. La mayoría de las ballenas muertas son adultos o jóvenes. Y eso es lo que hace la diferencia porque normalmente la mayoría de las ballenas que mueren son crías, como sucede en todos lados, pues nacen muchas crías y algunas mueren en la temporada. Eso es digamos lo normal”, agregó Urbán Ramírez.
Aunque la mortalidad este año no ha superado cifras del año pasado, la cual fue de 62 en todo México, la ausencia de crías podría ser un indicio de un desequilibrio en el ecosistema marino que podría tener efectos a largo plazo. Los científicos continúan monitoreando la situación, con la esperanza de que los próximos años vean una estabilización en la población de ballenas grises.