Cicloviajero a punto de atravesar toda la Baja California
¿Te animarías a dejar todo para seguir tus sueños? Salvador, un joven arquitecto de 28 años, proveniente de Toluca, nos inspira con la decisión de emprender su viaje por México en bicicleta desde hace más de dos meses, con la finalidad de cambiar su estilo de vida:
“Sí, llevo dos meses y medio; pasé por Michoacán, Jalisco, Nayarit y el sur de Sinaloa. Ya en Mazatlán tomé el ferry y llegué acá a La Paz. De aquí ya hice el circuito, todo lo que le llaman aquí “la vía larga”, Miraflores y pues sí, San José del Cabo, Cabo San Lucas, Todos Santos, y ya de regreso. Y de aquí con toda la actitud hacia el norte”.
¿Qué lo motivó a iniciar su vida de cicloviajero? Principalmente, la rutina laboral en la que se encontraba inmerso y la situación de pandemia por covid-19. Él se dio cuenta que para vivir, no se necesita mucho; y que la vida es hoy:
“Bueno, yo en cuanto me titulé fui un arquitecto relativamente exitoso. Tuve, no llegué, estuve cerca, pero no llegué a tener este denominado flujo constante de clientes, de proyectos; pero la pandemia me hizo cuestionarme muchas cosas, me hizo cuestionarme la rutina… Lo repetitiva que puede ser la vida… Y pensé “bueno, para romper esto, puedo hacer un viaje, pues en bicicleta”. Me enamoré más del proyecto cuando conocí a otros cicloviajeros y dije “le voy a apostar. Me voy a ir de Alaska hasta Argentina”… Sin embargo, ya cuando había renunciado a mi trabajo y había dejado algunas puertas entreabiertas, otras las había cerrado y en otros casos había dejado los cimientos para armar cualquier cosa en cuanto regrese, pues tuve un robo muy fuerte. […] “Y dije, “pues de menos lo voy a hacer en México”; en lo que no conozco de México y total, sé que si fallo con el dinero que tengo o si fallo produciendo en el viaje y si me vuelvo loco, me desespero o lo que sea, creo que un paisano buena onda conmigo me va a apoyar para regresar a mi casa como lo he visto que lo hace mucha gente en la terminal de Toluca”.
Para muchos, Salvador vive en un mundo de locura, como se lo han hecho saber varios. Pero principalmente nos enseña a reflexionar sobre cuál es nuestro sentido de vida, cuáles son nuestras metas, pues el tiempo es subjetivo:
“El tiempo es muy subjetivo, mucho muy subjetivo, y a veces siempre es bueno cambiar de objetivos de vez en cuando; darle otro enfoque, si uno tiene la inquietud…. Porque uno puede decir “bueno tengo el sueño de…”, porque lo he escuchado mucho en Toluca: “ay, tengo ganas de hacer la baja en motocicleta, O de irme hasta Argentina en coche”… Y van pasando los años y los años y los años, y uno no lo hace sobre todo, pues hacerlo cuando uno tenga la inquietud, aunque el proyecto no sea perfecto”.
Durante la plática, nos preguntamos sobre su hospedaje durante estos meses, a lo que el cicloviajero detalló que antes de comenzar, buscó plataformas digitales de alojamiento para mochileros o ciclistas, e incluso con el apoyo de grupos en redes sociales. Pero también, sorprendentemente, nos explicó de otras alternativas:
“Después de eso, está la policía, está la Iglesia cuando tienen evento, los bomberos casi nunca fallan”.
Respecto a la subsistencia económica, él vive con sus ahorros, la venta de postales que él mismo realiza, y de otras formas en función de la condición del lugar en el que se encuentra. Pero ahora, ¿qué sigue? Recorrer toda la Baja California en bicicleta, hasta llegar a la frontera con Estados Unidos:
“Y ahora el plan es ir a Tijuana, es llegar hasta Tijuana y de Tijuana lo más probable es que ya me regrese a Toluca de momento, por Sonora, Chihuahua, Durango… Y de ahí, lo más probable es que me quede en Toluca ya sea unos 15 días o tal vez tres meses, y de ahí me vaya a Cancún en bici, y valore ir a Europa o tal vez al sur ahora sí ya a conocer”.
A medida que Salvador nos comentó sobre su plan de recorrido, otro punto que nos cuestionamos fue en relación a la seguridad. Sabemos que México es uno de los países más violentos y peligrosos del mundo. Pero el cicloviajero, además de correr con suerte durante estos meses, nos cuenta que hay mucha gente que lo ha apoyado, rompiendo con el estigma que él tenía de algunos sectores de la población:
“Un ejemplo es que mucha gente me decía cuando empecé en Michoacán: “es que te vas a Tierra Caliente, es el narco, te van a secuestrar, que no sé qué… Y no, la gente me impresionó que se preocupara tanto por mí y por mi bienestar y… Hubo momentos en los que me sentí mal de casi estar como con mi navajita […], uno tiene como que el estigma y cómo puede desconfiar de esta gente, si me están dando como que lo mejor que tienen para que yo esté bien”. […] “Volver a creer que no, no por lo que salga en las noticias, todos los mexicanos somos malas personas o queremos o estamos buscando de qué manera lastimar a otras personas”.
No quiere decir que confiemos en todas las personas, para nada. Él simplemente invita a pensar en que también hay personas que a pesar de las circunstancias, abrirá las puertas de su hogar para brindar apoyo en la medida de lo posible.
Finalmente, este joven señala que en temas de seguridad, Baja California Sur necesita asegurarse de que se tenga una mayor cultura ciclista; es decir, que la movilidad por la ciudad contemple más a las personas en bicicleta. Detalla que varias veces ha estado a punto de ser atropellado ya que no se cuenta con zonas adecuadas para circular en las ciudades, a diferencia de Jalisco o Michoacán.
Salvador nos inspira a recordar que los sueños y metas están por una razón, a cuestionar qué es lo que más nos gusta de la vida, y a pensar en que los planes no tienen que ser perfectos; más allá de cómo salga la travesía, lo más importante es decidir hacerlo y emprender el viaje.