México enfrenta una crisis silenciosa por el desperdicio de medicamentos caducos cada año

Más de 200 millones de medicamentos caducan anualmente en México por errores en compras, almacenamiento y falta de control sanitario
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En México, los estantes de hospitales y farmacias públicas acumulan más de 200 millones de unidades de medicamentos vencidos cada año, según estimaciones recientes.

La falla no está en la ciencia ni en los fármacos, sino en la mala planificación, la falta de control institucional y el abandono de criterios de destrucción adecuados.

Mientras tanto, pacientes esperan tratamientos que nunca llegan y el ambiente paga la factura.

El problema del desperdicio de medicamentos caducos en México

Cada año el sistema de salud mexicano genera alrededor de 200 millones de unidades de medicamentos que vencen sin haber sido utilizados.

Pero lo más grave es que ese volumen es apenas estimado: no existe un registro nacional confiable que determine cuántos terminan destruidos correctamente, cuántos acaban en la basura común y cuántos ingresan al mercado informal.

Expertos en farmacología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advierten que la raíz del problema no es la farmacia, sino la planeación y la logística:

“No te conviene reportar una cifra alta de medicamentos caducos porque implica responsabilidades administrativas y daño patrimonial. Entonces buscan cómo desaparecerlos sin dejar rastro”, afirma uno de ellos.

El fenómeno no solo implica pérdidas económicas: los medicamentos vencidos pueden presentar una eficacia reducida o diferente, y su incorrecta disposición contamina suelos y mantos acuíferos.

Las consecuencias para salud pública y ambiente

  • Pacientes sin tratamiento: Mientras algunos medicamentos vencen sin uso, hay quienes esperan atención, tratamiento o fármacos esenciales.
  • Riesgo sanitario: Medicamentos caducos pueden perder eficacia o volverse inseguros.
  • Contaminación ambiental: Desechar fármacos sin control puede liberar principios activos en el entorno, contribuyendo a la resistencia antimicrobiana o contaminación de agua.
  • Desvío al mercado negro: En un estudio se indicó que hasta el 75 % de los medicamentos caducos podrían terminar en basura común o en reventa informal.

¿Qué debe hacerse para revertirlo?

Los especialistas coinciden en una ruta de acción clara:

  • Crear un programa nacional integral de gestión farmacéutica que cubra desde la compra hasta la destrucción.
  • Transparencia real: publicitar a nivel federal, estatal y municipal cuántas unidades vencen, cómo se destruyen y con qué costo.
  • Capacitar al personal de almacén y centros de salud para mejorar inventarios, rotación y control.
  • Adoptar métodos de destrucción certificados, auditados, de acuerdo con la normativa ambiental vigente.

La cadena se repite en muchos estados: se adquieren grandes volúmenes sin estimación precisa → se almacenan en bodegas durante meses → servicios no los reciben o no los distribuyen → medicamentos vencen → terminan siendo destruidos o desaparecidos.

Este ciclo consume recursos públicos que podrían destinarse a terapias, personal o infraestructuras.

El desafío está en romper ese círculo vicioso para que los medicamentos cumplan su función principal: curar y no convertirse en desperdicio.

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