Se suspenden 268 mil asientos diarios ante crisis aérea sin precedentes en Estados Unidos

Estados Unidos amaneció este viernes con una medida inédita en su historia reciente: la suspensión del 10 por ciento de todos los vuelos previstos en sus cuarenta principales mercados aéreos. La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) informó que esta decisión afectará aproximadamente a 44 mil operaciones diarias, equivalentes a unas 268 mil sillas aéreas menos por día, en un intento desesperado por contener un colapso operacional derivado de la falta de personal y recursos ante el prolongado cierre del Gobierno federal.
La medida, que entra en vigor de inmediato, busca prevenir un caos mayor en los aeropuertos del país, ya que la crisis presupuestaria mantiene a los 13 mil controladores aéreos trabajando sin salario desde el primero de octubre. Muchos de ellos han presentado bajas médicas o renuncias parciales, y otros compatibilizan su labor con empleos alternativos para sobrevivir, lo que ha elevado el riesgo de incidentes por fatiga y falta de concentración. “En mis 35 años en la aviación nunca había visto algo similar”, reconoció el propio administrador de la FAA al anunciar la decisión.
Leer más: Estados Unidos se prepara para pedir cancelación de vuelos ante la crisis del cierre gubernamental
La agencia no detalló qué aeropuertos forman parte del grupo afectado, aunque fuentes del sector consideran que la suspensión abarca prácticamente todo el territorio nacional. Grandes centros de conexión como Atlanta, Chicago, Dallas, Los Ángeles y Nueva York podrían registrar las mayores afectaciones, con cancelaciones y retrasos que podrían prolongarse durante días. La FAA justificó la decisión asegurando que “no se puede esperar a que ocurra un accidente para actuar”, pues las condiciones laborales y operativas están deteriorándose de manera acelerada.
El origen de la crisis está en el bloqueo político que ha mantenido sin presupuesto al Gobierno de Estados Unidos durante más de un mes, impidiendo cualquier gasto público no esencial. Sin fondos federales, miles de empleados trabajan sin pago, desde controladores aéreos hasta inspectores de seguridad y personal de mantenimiento en aeropuertos. La falta de liquidez se traduce también en un país que, literalmente, no puede garantizar el funcionamiento seguro de su sistema aéreo.
Leer más: Diputados frenan aranceles a productos de Asia y postergan la estrategia comercial del Gobierno
La parálisis gubernamental, derivada del enfrentamiento político entre la Casa Blanca y el Congreso, ha tenido efectos colaterales devastadores. La industria hotelera y turística estadounidense —una de las más dependientes del flujo aéreo— advierte pérdidas superiores a 650 millones de dólares. Ciudades como Nueva York, Miami y Las Vegas ya reportan cancelaciones masivas de reservas ante la incertidumbre económica y la desconfianza del consumidor.
“Estamos frente a un impacto devastador”, lamentó Rosanna Maietta, presidenta de la Asociación Americana de Hoteles y Alojamientos, al señalar que la temporada alta de viajes podría perderse por completo. “Las noches de hotel que no se venden hoy no se recuperan mañana”, enfatizó, en referencia a las consecuencias irreversibles de la crisis. La organización empresarial llamó al Congreso a encontrar una salida inmediata, advirtiendo que el turismo y la conectividad internacional de Estados Unidos están en riesgo.
Leer más: Macrón llega a México para renovar su alianza con ciencia, cultura y un acuerdo comercial
Mientras tanto, aerolíneas y aeropuertos buscan alternativas para contener las pérdidas. Algunas compañías han ofrecido menús y alimentos a los controladores aéreos en señal de solidaridad, aunque las medidas son paliativos ante una crisis estructural que parece no tener fin. La FAA, por su parte, advirtió que los recortes podrían extenderse o agravarse si el Gobierno no logra aprobar un presupuesto en los próximos días.
Únete AQUÍ a nuestro canal de WhatsApp TRIBUNA DE MÉXICO