Cuba y Venezuela envían condolencias a México por el descarrilamiento del Tren Interoceánico

La tragedia provocada por el descarrilamiento del Tren Interoceánico detonó una ola de reacciones políticas y diplomáticas que trascendieron las fronteras de México, luego de que los presidentes de Cuba y Venezuela expresaran públicamente su solidaridad y enviaran condolencias por las personas fallecidas y heridas. El accidente colocó al proyecto ferroviario en el centro de un debate que combina duelo, exigencias de justicia y cuestionamientos estructurales.
Las expresiones de pesar llegaron desde La Habana y Caracas, donde Miguel Díaz-Canel Bermúdez y Nicolás Maduro manifestaron su acompañamiento “al pueblo y gobierno de México”, subrayando la dimensión internacional del impacto simbólico del siniestro. Ambos mandatarios utilizaron sus redes sociales para transmitir mensajes de solidaridad en un contexto de conmoción regional por la magnitud del hecho.
En el ámbito nacional, gobernadores, legisladores y dirigentes partidistas coincidieron en lamentar la pérdida de vidas humanas, aunque divergieron de manera marcada en la lectura política del accidente. El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, expresó su pesar y ofreció apoyo total a las familias afectadas, al tiempo que se sumó al llamado a esclarecer las causas del descarrilamiento.
Desde el Congreso de la Unión, la presidenta de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, envió condolencias a las víctimas y exigió una investigación seria que permita deslindar responsabilidades. En el Senado, Laura Itzel Castillo también manifestó su pesar y sostuvo que el caso debe ser esclarecido mediante una indagatoria exhaustiva que genere certeza pública.
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La Secretaría de Marina, responsable del Corredor Interoceánico, reafirmó su compromiso de atender las consecuencias del accidente con transparencia y responsabilidad institucional. La postura de la dependencia se dio en un contexto donde diversas voces políticas plantearon la necesidad de revisar el papel de la Semar en la operación ferroviaria del proyecto.
Las posturas partidistas evidenciaron un choque frontal. La bancada de Morena en la Cámara de Diputados sostuvo que, una vez concluidas las investigaciones, deberán atenderse las causas estructurales del siniestro. En contraste, el Partido Acción Nacional exigió la suspensión definitiva de las operaciones del tren y la creación de una comisión legislativa especial para investigar una obra cuyo costo supera los 60 mil millones de pesos.
El PAN reforzó su postura al señalar presuntas irregularidades detectadas en auditorías previas. Su vicecoordinador económico, Héctor Saúl Téllez, planteó que la Auditoría Superior de la Federación realice una investigación especial y que el servicio ferroviario no se reanude hasta contar con una auditoría técnica independiente, incluso con participación internacional, que certifique la seguridad de vías y locomotoras.
El PRI también endureció su discurso. Su dirigente nacional, Alejandro Moreno, exigió castigo para los responsables y calificó el accidente como consecuencia de la improvisación y la negligencia gubernamental, al tiempo que acusó falta de mantenimiento y control en el proyecto. A estas voces se sumó el líder nacional del PAN, Jorge Romero, quien expresó condolencias y reconoció la labor de los equipos de emergencia que atendieron a los lesionados.
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