¿Y si España no hubiera llegado a América, Claudia Sheinbaum sería presidenta? Esto dice la IA
La historia es caprichosa. Los caminos que tomamos y las decisiones del pasado moldean lo que somos. Imaginemos un mundo en el que España nunca hubiera llegado a América, en el que la Conquista no se hubiera dado y los pueblos originarios hubieran continuado su desarrollo sin la intervención europea.
En este escenario, acudimos a la inteligencia artificial (IA) para saber si sería posible que Claudia Sheinbaum Pardo, con su mezcla de raíces judías, asquenazíes y sefardíes, se convirtiera en la presidenta de México. La respuesta que nos dio es que “lo más probable es que no”.
Pero esta hipótesis va más allá de una persona: se trata de reflexionar sobre cómo el encuentro de dos mundos creó el país que hoy conocemos.
De acuerdo con las reflexiones hechas a través de la IA, el México contemporáneo es fruto de la transculturación, del mestizaje entre indígenas, españoles y africanos, y de las olas migratorias que trajeron a libaneses, franceses, judíos y muchas otras culturas al país.
Sin esa mezcla, las estructuras sociales y las élites dominantes serían completamente distintas. En la interacción con la plataforma de IA, la tecnología determinó que, en un México sin la conquista, es probable que los grupos originarios habrían mantenido el control del territorio, desarrollando sistemas de gobierno autónomos, tal vez confederaciones o imperios regionales. Las dinastías mexicas o purépechas, por ejemplo, podrían haberse convertido en potencias dominantes.
Muy probablemente México, integrado en el país que somos hoy, no existiría.
Desde esta visión autómata, la modernidad y la globalización habrían llegado eventualmente, incluso sin la conquista. La tecnología, los avances científicos y las ideas de otros continentes hubieran cruzado fronteras tarde o temprano, aunque las sociedades originarias quizás habrían preservado mejor sus identidades.
En una interacción larga y fructífera, indicó que, sin embargo, el flujo migratorio que marcó a México como una tierra de acogida para extranjeros probablemente no se habría dado de la misma manera.
“Las diásporas europeas, como la de los judíos sefardíes y asquenazíes, no habrían encontrado en México un refugio si este hubiera permanecido como un conglomerado de civilizaciones aisladas. La familia de Claudia Sheinbaum no habría tenido motivo para emigrar a un territorio sin lazos históricos con Europa”, nos dijo la IA.
Este ejercicio nos lleva a un cuestionamiento más profundo: ¿quiénes serían las élites en este México alternativo? Desde el punto de vista de la IA, seguramente, las familias gobernantes no tendrían apellidos europeos, y es probable que las jerarquías sociales se basaran en linajes indígenas.
“El poder político -continúa la IA- podría haber permanecido en manos de la nobleza mexica o totonaca, quienes habrían adaptado sus tradiciones al avance del tiempo probablemente sin perder su esencia cultural”.
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Sin la conquista, Claudia Sheinbaum, hija de migrantes judíos, “probablemente no existiría como la conocemos. Y sin esa mezcla de culturas y experiencias, el México que hoy conocemos tampoco sería el mismo. La llegada de los españoles abrió las puertas a otras nacionalidades, a otras formas de ver el mundo, y trajo consigo un proceso doloroso pero inevitable de transformación”, sentencia la IA.
Al final, este ejercicio deja claro que la historia no es un simple juego de “qué hubiera pasado si”. Somos el resultado de ese encuentro entre mundos, con sus tragedias y oportunidades. Y en ese contexto, la existencia y liderazgo de Sheinbaum es una de las muchas pruebas de cómo la diversidad construye el presente, incluso cuando el pasado es difícil de aceptar.
Sin la conquista, no solo el nombre de nuestra presidenta sería otro: el país entero sería irreconocible.