FDA ordena retiro de medicamento para la presión en Estados Unidos por presencia de fármaco no declarado

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La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ordenó el retiro de más de 11 000 frascos de un medicamento ampliamente utilizado para tratar la hipertensión después de que pruebas de control detectaran contaminación cruzada con un principio activo para reducir el colesterol. Esto ha generado preocupación entre pacientes y autoridades sanitarias.
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Las tabletas retiradas, comercializadas bajo el nombre Ziac, una combinación de bisoprolol fumarato y hidroclorotiazida, fueron sometidas a pruebas de rutina que detectaron rastros de ezetimibe, un medicamento para el colesterol que no forma parte de su formulación aprobada.
La FDA clasificó el retiro como de Clase III, lo que indica que es poco probable que el uso de estos comprimidos cause efectos adversos graves, aunque las autoridades recomiendan verificar los lotes y consultar a un profesional de la salud si se tiene alguna duda.
Alcance del retiro del medicamento para la presión y recomendaciones para pacientes
El retiro, iniciado a comienzos de diciembre, abarca más de 11 100 frascos de Ziac con diferentes presentaciones y fechas de caducidad entre noviembre de 2025 y mayo de 2026. Glenmark Pharmaceuticals Inc., con sede en Nueva Jersey, fue la responsable de la llamada a retiro tras el aviso de la FDA.
Aunque hasta el momento no se han reportado daños a la salud por el uso de las tabletas contaminadas, los pacientes que tengan recetas de este medicamento deben:
- Verificar el número de lote y fecha de caducidad de sus frascos.
- Contactar a su médico o farmacéutico antes de suspender o cambiar su tratamiento.
Este retiro se suma a un creciente escrutinio sobre la seguridad y calidad de medicamentos genéricos y de marca en el mercado estadounidense, donde las autoridades han intensificado las inspecciones y controles de fabricación.
Aunque la FDA considera que la contaminación cruzada de este caso tiene un riesgo bajo para los pacientes, la medida busca proteger la confianza pública en los tratamientos crónicos como los de la hipertensión.
Expertos en salud pública señalan que este caso evidencia la importancia de los sistemas de vigilancia después de la comercialización de fármacos, así como la necesidad de protocolos más estrictos para evitar contaminaciones accidentales durante el proceso de producción farmacéutica.