Furor nocturno por nuevo vaso de Starbucks desata caos, acaparamiento y reventa de hasta $5,000 en México

El lanzamiento del vaso Bearista de Starbucks provocó largas filas desde la madrugada, un proceso de compra saturado y un inventario que se agotó en minutos en todo México
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El lanzamiento del vaso Bearista de Starbucks volvió a confirmar que, en México, la cultura de las ediciones limitadas puede desencadenar auténticas jornadas de fiebre consumista. Desde la madrugada, cientos de personas comenzaron a formarse en distintas ciudades del país para asegurar uno de los objetos más codiciados del año, un artículo que no solo agotó inventarios en minutos, sino que también rompió cualquier expectativa de orden en el proceso de compra.

La anticipación creció desde días antes, especialmente entre los usuarios con categoría Gold del programa de lealtad, quienes tuvieron acceso prioritario durante la primera jornada. Esta mecánica, presentada como un beneficio exclusivo, terminó elevando la presión sobre los puntos de venta, donde la validación de identidad, los cupones previos y la exigencia de adquirir una bebida grande o venti se convirtieron en filtros que saturaron las sucursales desde el amanecer.

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El contexto se tensó aún más cuando la marca informó que solo existían 37,472 piezas disponibles a nivel nacional y que no habría reposición del inventario. Con cada tienda recibiendo entre 45 y 50 unidades, la demanda rebasó cualquier cálculo: las filas nocturnas, las acampadas improvisadas y los intentos de apartar productos terminaron convirtiendo un lanzamiento comercial en un evento masivo marcado por la competencia y la ansiedad por asegurar un lugar.

En los hechos, las tiendas abrieron media hora antes el 1 de diciembre, pero ni ese margen logró contener el desbordamiento del público. En muchos establecimientos, las unidades se terminaron en cuestión de minutos, obligando al personal a entregar cupones de descuento del 40% para mercancía de temporadas anteriores como única forma de calmar a quienes no alcanzaron a comprar el codiciado vaso.

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El agotamiento casi inmediato del Bearista dio paso al fenómeno que ya es parte del ciclo natural de estos lanzamientos: la reventa. Apenas cerraron las primeras filas, comenzaron a aparecer publicaciones en redes sociales y plataformas digitales donde el artículo se ofrecía con precios que duplicaban y hasta quintuplicaban el costo original de $869 pesos. El mercado informal se activó tan rápido como las cajas registradoras.

Incluso dentro de las filas surgió una especie de “economía paralela”: algunos asistentes reportaron que personas que lograron acomodarse en los primeros lugares cobraban hasta $1,000 pesos solo por ceder el espacio, mientras que otros ofrecían gestionar la compra para terceros a cambio de una cuota adicional. El vaso, más que un objeto de colección, se convirtió en un pase al oportunismo.

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En internet, el escenario se disparó todavía más. En plataformas de venta, los precios oscilan entre $2,000 y $5,000 pesos, dependiendo de la urgencia del comprador y la especulación del vendedor. El fenómeno confirma que el Bearista, más que un lanzamiento decorativo, se transformó en un caso de estudio sobre la demanda inducida, la fidelidad de marca y la capacidad del mercado mexicano para elevar cualquier edición limitada a niveles de culto.

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