¿Quién sostiene al impresentable Francisco Garduño en el Instituto Nacional de Migración?

El episodio más grave que marcó la gestión de Garduño ocurrió en marzo de 2023, cuando un incendio en una estación migratoria de Ciudad Juárez
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Francisco Garduño Yáñez

La permanencia de Francisco Garduño al frente del Instituto Nacional de Migración (INM) sigue siendo un caso que desafía la lógica política y administrativa en México.

Entérate: 40 muertos; 17 lesionados y Garduño sigue impune

A pesar de las denuncias e investigaciones abiertas en su contra, Garduño continúa como director del organismo, incluso después de que la presidenta Claudia Sheinbaum anunciara oficialmente que el exgobernador del estado de Puebla, Sergio Salomón Céspedes, será el próximo titular del INM.

Sin embargo, de manera inexplicable, Céspedes aún no ha asumido el cargo, lo que incrementa las dudas sobre quién realmente sostiene a Garduño.

El episodio más grave que marcó la gestión de Garduño ocurrió en marzo de 2023, cuando un incendio en una estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, cobró la vida de 40 personas migrantes.

Las investigaciones apuntaron a negligencias graves en el manejo de la crisis, atribuyéndole responsabilidad tanto a Garduño como a otros funcionarios del INM.

A pesar de estos hechos, y de la indignación nacional e internacional que generaron, Garduño no solo se mantuvo en su puesto, sino que siguió operando como si las consecuencias políticas y legales no lo alcanzaran.

El anuncio de Claudia Sheinbaum sobre el nombramiento de Sergio Salomón Céspedes fue recibido como una señal de cambio.

Céspedes, quien dejó recientemente la gubernatura de Puebla, parecía ser el hombre designado para llevar a cabo una transformación en el INM, una institución profundamente cuestionada por su ineficiencia, abusos y corrupción.

Sin embargo, la tardanza en su toma de posesión alimenta las especulaciones de que fuerzas políticas superiores están interviniendo para mantener a Garduño en el cargo.

En círculos políticos se señala directamente al expresidente Andrés Manuel López Obrador como el principal respaldo de Francisco Garduño.

López Obrador, amigo cercano del aún director del INM, ha mostrado un patrón recurrente de proteger a figuras controvertidas dentro de su administración y su círculo cercano, incluso después de su salida formal del poder.

La percepción de que AMLO sigue gobernando tras el telón debilita la narrativa de renovación que intenta proyectar la administración de Sheinbaum.

La demora en el relevo de Garduño no solo pone en entredicho la capacidad del gobierno actual para actuar con firmeza, sino también su compromiso con la rendición de cuentas.

¿Por qué Céspedes, ya nombrado oficialmente, no ha asumido el cargo?

¿Qué intereses están en juego para que Garduño siga al frente del INM, a pesar de la tragedia de Ciudad Juárez y los múltiples señalamientos de irregularidades durante su gestión?

Mientras estas preguntas permanecen sin respuesta, la crisis migratoria en México sigue agravándose.

El Instituto Nacional de Migración opera bajo una sombra de desconfianza, con una reputación marcada por la corrupción, el abuso de poder y la incapacidad para manejar una problemática tan compleja como la migración.

La continuidad de Garduño no solo evidencia la existencia de una red de poder que lo protege, sino que refuerza la percepción de que en México la lealtad política sigue prevaleciendo sobre la justicia y el interés público.

Sergio Salomón Céspedes tiene la tarea monumental de devolverle credibilidad al INM, pero su futuro en el cargo comienza ya marcado por una demora que genera más preguntas que certezas.

EU

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