Megaoperativo contra el crimen en Brasil deja 132 muertos hasta el momento

Foto AFP
La ciudad de Río de Janeiro vivió esta semana uno de los episodios más violentos de su historia reciente, luego de que un megaoperativo policial en los complejos de favelas Penha y Alemão dejó hasta ahora un saldo de 132 muertos, de acuerdo con la Defensoría Pública del Estado de Río.
La acción, ejecutada en la madrugada del 28 de octubre, tenía como fin cumplir 100 órdenes de arresto contra presuntos integrantes del Comando Vermelho, una de las organizaciones delictivas más poderosas de Brasil.
Más de 2,500 agentes participaron en la intervención, apoyados por helicópteros y vehículos blindados en un despliegue sin precedentes en la zona norte de la ciudad. Según el Gobierno estatal, el megaoperativo resultó inicialmente en 121 fallecidos, entre ellos cuatro policías, así como 81 detenidos, el decomiso de 93 fusiles automáticos y más de 500 kilos de drogas.
Sin embargo, la Defensoría Pública elevó la cifra a 132 muertos, tras verificar que decenas de cuerpos fueron colocados por los vecinos de Penha en una plaza para facilitar su reconocimiento. La institución afirmó que continúa el proceso de identificación en las morgues de Río de Janeiro.
Durante la incursión, miembros del Comando Vermelho, bloquearon avenidas, incendiaron autobuses y cortaron el suministro de servicios básicos. Estas acciones obligaron a suspender el transporte público, así como al cierre temporal de escuelas y centros de salud, dejando a miles de habitantes sin acceso a servicios esenciales.
El gobernador Cláudio Castro describió la operación como “un golpe histórico contra el narcoterrorismo”, mientras organismos internacionales de derechos humanos denunciaron el uso excesivo de la fuerza.
Tanto el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos como Human Rights Watch solicitaron una investigación independiente ante las acusaciones de ejecuciones extrajudiciales y abusos cometidos por las fuerzas de seguridad.
Diversos medios, entre ellos Reuters, The Washington Post, Agência Brasil y DW, confirmaron que el operativo dejó más de 100 armas aseguradas y cerca de una tonelada de narcóticos incautados.
No obstante, especialistas en seguridad advirtieron que las operaciones de alta letalidad, como esta, no reducen el poder territorial del Comando Vermelho, sino que agravan los niveles de violencia y vulnerabilidad en las comunidades marginadas.
El megaoperativo también ha generado preocupación entre defensores de derechos humanos locales, quienes cuestionan la falta de protocolos para proteger a civiles durante incursiones de gran escala.
La Defensoría Pública de Río de Janeiro mantiene su acompañamiento a las familias afectadas y recopila testimonios para determinar cuántas de las personas fallecidas eran realmente integrantes del grupo armado criminal y cuántas eran residentes inocentes de las favelas.
En tanto, el Gobierno estatal de Brasil ha reiterado que la operación forma parte de una estrategia más amplia para recuperar el control territorial de zonas dominadas por el Comando Vermelho. Sin embargo, expertos advierten que, sin políticas sociales y programas de inclusión, las raíces de la violencia urbana en Río de Janeiro seguirán reproduciéndose con cada nuevo megaoperativo.