Nos renovaremos en el 2024

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Carlos Rojas

En esta semana de ausencia del presidente en turno, no perdieron el tiempo los diputados amaestrados, votando al vapor según instrucciones dadas de antemano, aprobando sin estudio previo 19 modificaciones a la ley.

Antes de la cancelación de la etapa de sesiones estuvieron activos en la cámara de ovinos, perdón diputados de Morena, los levanta dedos más rápidos del Oeste, para aprobar modificación de varias leyes secundarias, que afectan directamente la confianza de inversionistas en la aplicación de un régimen de derecho, desapareciendo el INSABI y el CONACYT. Sigue la obsesión de desaparecer todas las organizaciones ciudadanas y pasarlas a un estado obeso, ineficiente y corrupto, y con completa opacidad.

Sigue la militarización, fue adjudicado el tren maya al ejército, además del espacio aéreo, las aduanas, los puertos, la construcción de bancos, aeropuertos, la fallida guardia nacional, construcción de aeropuertos, fideicomiso de turismo, control de migrantes, más lo que se acumule esta semana. Pero se hace la aclaración “no estamos militarizando al país”

Pregunta: ¿qué el presidente en turno no ve más allá del ejército? ¿Está comprando su lealtad en caso de una decisión extrema al perder las elecciones del 2024? ¿No confía en la capacidad de los ciudadanos?

El ejército, en situaciones difíciles, siempre ha sido leal a la Patria no al presidente en turno. ¿Seguirá igual?

Prácticamente el ejército ha sido instalado en numerosas actividades sensibles para el manejo de la nación, en lugares que no deberían de estar por simple experiencia necesaria que es dominada por civiles, no por militares.

Se han dado responsabilidades a militares en donde carecen totalmente de experiencia y aplican la vieja regla, “echando a perder se aprende”, improvisando acciones y puestos ejecutivos sin ningún conocimiento de las actividades adjudicadas.

Para manejar un sistema ferroviario, con todo lo que eso implica, no porque traigan un uniforme verde olivo, les va a llegar la experiencia y el conocimiento de su operación que es bastante compleja por ósmosis. Pobre tren maya y pobre México.

Ya falta poco para restaurar todo el daño causado, ya que

“nos renovaremos en el 2024”.

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