La ONU acusa a Rusia de crímenes de guerra con drones y deportaciones forzadas en Ucrania

Los especialistas de la ONU advirtieron que los ataques con drones no solo buscan un efecto militar, sino psicológico: sembrar miedo, fragmentar comunidades y forzar desplazamientos masivos
0
32

Un nuevo informe de las Naciones Unidas ha encendido las alarmas internacionales al acusar a Rusia de cometer crímenes de guerra y de lesa humanidad durante su invasión de Ucrania. La Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania, organismo creado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, concluyó que los ataques con drones rusos contra viviendas, hospitales y escuelas fueron deliberados y formaron parte de una estrategia sistemática para aterrorizar y desplazar a la población civil. El informe sostiene que los bombardeos intencionales contra infraestructura no militar constituyen homicidios como crimen de lesa humanidad.

De acuerdo con la investigación, más de 200 civiles han muerto y al menos 2.000 resultaron heridos desde julio de 2024 en las regiones ucranianas de Dnipropetrovsk, Jersón y Mykolaiv, debido al uso constante de drones contra zonas residenciales. Los expertos de la ONU subrayan que los ataques fueron coordinados y sostenidos, con un patrón de selección de blancos que apunta directamente a la población. “Estas acciones no son accidentes colaterales de la guerra, sino parte de una política planificada para vaciar territorios y quebrar el tejido civil”, concluye el documento.

Los testimonios recopilados por la ONU son escalofriantes. Habitantes de localidades del sur de Ucrania relataron haber sido vigilados, perseguidos y atacados mientras realizaban actividades cotidianas. “Los drones nos siguen como si fuéramos presas”, declaró una residente de Jersón citada en el informe. Otros testigos aseguraron que los artefactos se dirigían contra patios, autos y puntos de ayuda humanitaria, dejando comunidades enteras reducidas a escombros. En algunos lugares, solo permanecen personas ancianas o con movilidad limitada, incapaces de huir de los bombardeos.

Leer más: Jueza concede a Uber una suspensión definitiva para operar en los aeropuertos de México

El informe también documenta deportaciones forzadas de civiles ucranianos desde las zonas ocupadas por Rusia, principalmente en el oblast de Zaporiyia. Según la comisión, decenas de adultos fueron detenidos arbitrariamente y trasladados fuera de su territorio sin aviso ni posibilidad de comunicarse con sus familias. Algunos fueron obligados a caminar hasta 15 kilómetros a través de zonas minadas mientras escuchaban bombardeos a su alrededor. Varias personas desaparecieron tras esos traslados. “Antes de ser deportados, muchos sufrieron detenciones, tortura, registros y confiscación de bienes”, apunta la ONU.

Estas prácticas constituyen crímenes de guerra bajo el derecho internacional. El informe no nombra responsables individuales, pero atribuye las acciones a las fuerzas armadas y autoridades rusas. Cabe recordar que la Corte Penal Internacional ya emitió órdenes de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin y la comisionada Maria Lvova-Belova en 2023, acusándolos de orquestar la transferencia ilegal de niños ucranianos a territorio ruso. Moscú rechazó esas acusaciones y declaró que no reconoce la jurisdicción del tribunal.

Leer más: Huracán Melissa arrasa Jamaica con vientos de 290 km/h: el Atlántico enfrenta a su monstruo más poderoso en años

Rusia, por su parte, ha negado en repetidas ocasiones atacar objetivos civiles, calificando los informes internacionales como “campañas de desinformación” impulsadas por Occidente. Sin embargo, las evidencias presentadas por la ONU —fotografías satelitales, registros de drones derribados y entrevistas con víctimas— apuntan a una metodología repetitiva y dirigida. Durante los últimos meses, regiones como Chernihiv y Sumy en el norte del país han sufrido nuevos ataques, provocando apagones masivos en medio del invierno.

Los especialistas de la ONU advirtieron que los ataques con drones no solo buscan un efecto militar, sino psicológico: sembrar miedo, fragmentar comunidades y forzar desplazamientos masivos. “La vida civil se ha vuelto insoportable”, señala el informe, que también documenta el vaciamiento casi total de aldeas enteras. Los observadores temen que la campaña de terror aéreo se esté usando como preludio para una reconfiguración demográfica de las zonas ocupadas, un patrón ya observado en conflictos anteriores bajo control ruso.

Únete AQUÍ a nuestro canal de WhatsApp TRIBUNA DE MÉXICO