El panteón de San José del Cabo, un libro abierto de historia y memoria

IMG: Daniela Lara
En el corazón del casco antiguo, el Panteón Municipal de San José del Cabo guarda entre sus muros el pulso de la historia local. En el marco del Día de Muertos, el narrador de historias Jorge Aníbal Amador Castro compartió una mirada distinta sobre este espacio, no solo como lugar de descanso, sino como un testimonio vivo de la identidad josefina.
“Aquí en el panteón de San José del Cabo se pueden ubicar fácilmente tumbas de la segunda mitad del siglo XIX, principios del siglo XX, son tumbas de un valor histórico, artístico, cultural en donde se pueden encontrar ciertos elementos que le dan identidad al mismo panteón”, explicó Amador Castro. “Por ejemplo, la tipografía de la época, la arquitectura, el utilizar algunos elementos decorativos que difícilmente puedan encontrar en otras comunidades”, añadió.
Caminar entre sus pasillos es recorrer más de un siglo y medio de historia. El narrador explicó que aún se conservan tumbas de la década de 1860 a 1899, algunas con bóvedas elevadas que resguardaban los cuerpos en su interior —una práctica antigua que ha dejado muchos sepulcros huecos con el paso del tiempo, debido a la desintegración de los ataúdes y los restos mortales.
Además de las tumbas más antiguas, el panteón alberga sepulcros de mediados y finales del siglo XX que reflejan la creatividad y personalidad de los habitantes: tumbas con forma de faro, lancha o carro off road, algunas con murales coloridos, y otras que conservan el estilo clásico en forma de obelisco, una de las más comunes en el siglo pasado.

IMG: Daniela Lara
Sin embargo, el paso de los años también ha cobrado factura sobre estas huellas.
“Aquí en el panteón de San José del Cabo, lamentablemente muchas de las tumbas del siglo XIX han perdido el nombre, muchas de ellas por tradición estaban elaboradas en mármol, y ese mármol que contenían las fechas y los nombres han desaparecido. Uno de los más antiguos que aún se conservan es el de la tumba de Bernabé Acosta, sepultado aquí en 1865, entonces contiene una evidencia palpable de la antigüedad de este panteón”.
Amador Castro también recordó el caso del teniente de navío José Antonio Mijares, cuyo sepulcro original fue reemplazado por una estructura moderna, perdiéndose con ello parte de su valor histórico y arquitectónico.

IMG: Daniela Lara
En este Día de Muertos, el panteón de San José del Cabo se convierte así en un espacio de memoria, historia y pertenencia. Más que un sitio para despedir, es un lugar donde el pasado y la identidad local siguen dialogando con los vivos, a través de los nombres, símbolos y silencios que aún resisten al tiempo.
- Únete AQUÍ a nuestro canal de WhatsApp TRIBUNA DE MÉXICO