Sabrina Carpenter arremete contra la Casa Blanca por usar su canción en polémico video de deportaciones

El video en cuestión, difundido por canales vinculados a políticas migratorias del Gobierno de EEUU, utiliza la canción de Carpenter como fondo sonoro para reforzar un mensaje crítico hacia los migrantes.
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La artista Sabrina Carpenter ha expresado públicamente su rechazo al Gobierno de Estados Unidos (EEUU) luego de que uno de sus temas, “Juno”,  fuera utilizado en un video con contenido antiinmigrantes sin su consentimiento.

La noticia generó reacciones fuertes tanto en redes sociales como en círculos artísticos, al cuestionar el uso de material creativo con fines propagandísticos de carácter político. Según la cantante, este tipo de apropiaciones vulneran los derechos de autor y traicionan su postura personal respecto a la inclusión y el respeto.

El video en cuestión, difundido por canales vinculados a políticas migratorias del Gobierno de EEUU, utilizaba la canción de Carpenter como fondo sonoro para reforzar un mensaje crítico hacia los migrantes.

Para muchos observadores, esto representa un acto de instrumentalización cultural: una obra artística transformada en herramienta de persuasión para justificar políticas controversiales. Sabrina Carpenter reaccionó con vehemencia, exigió explicaciones y pidió que se retirara de inmediato su música del material, advirtiendo posibles acciones legales.

Más allá de la polémica individual, el incidente reaviva un debate profundo sobre los límites del uso de contenidos protegidos en campañas políticas o gubernamentales. Aunque las leyes estadounidenses contemplan excepciones bajo el principio de “uso justo” (fair use), muchos expertos coinciden en que emplear una canción para respaldar un mensaje antiinmigrante con un tema altamente sensible y divisivo, excede lo que podría considerarse un uso legítimo. El reto ahora es demostrar que dicho uso no fue autorizado, y que además genera un perjuicio reputacional para la artista.

Para Sabrina Carpenter, lo ocurrido no solo atenta contra sus derechos como creadora, sino también contra su imagen pública. En su declaración, subraya su compromiso con valores como la tolerancia, la solidaridad y el respeto a los derechos humanos, por lo que rechaza rotundamente que su música haya contribuido, incluso indirectamente, a difundir un mensaje de odio o discriminatorio.

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