San Martín de Porres: ¿Cuáles son los milagros que hace hoy en su día?
Cada 3 de noviembre, los fieles de la Iglesia Católica celebran a uno de los santos más populares, San Martín de Porres, a quien también se le conoce como “el santo de la escoba”.
San Martín de Porres Velázquez es originario de Perú. Nació el 9 de diciembre de 1579 y murió el 3 de noviembre de 1639, en la ciudad de Lima.
Debido a su origen racial, San Martín sufrió de discriminación a lo largo de su vida, por lo que siempre se enfocó en ayudar a los pobres y marginados, que eran los más marginados.
Fue canonizado por el Papa Juan XXIII, el 6 de mayo de 1962, y su fiesta se celebra cada 3 de noviembre, que es el día de muerte.
Pese a que su tierra es Perú, no solo ahí es venerado, sino también en otros países de América Latina, como México, ya que buscan su intercesión en busca de ayuda y curación.
¿Cuáles son los milagros de San Martín de Porres?
San Martín es conocido, sobre todo, por su devoción a los animales, por lo que se dice que tenía un don para comunicarse con ellos.
Este santo es, en su mayoría, conocido por haber hecho numerosos milagros a personas con enfermedades terminales y otros males.
ACI prensa, una agencia de noticias católicas, destaca que “enfermos desahuciados se reponían al solo contacto con sus manos o incluso con su sola presencia”.
Desde entonces, católicos que ven su salud complicada, o buscan ayuda para un familiar y/o amigos, acuden a San Martín para que les haga el milagro y lo sanen.
¿Cuál es la oración de San Martín de Porres?
En esta necesidad y pena que me agobia acudo a ti, mi protector San Martín de Porres.
Quiero sentir tu poderosa intercesión. Tú, que viviste solo para Dios y para tus hermanos, que tan solícito fuiste en socorrer a los necesitados, escucha a quienes admiramos tus virtudes.
Confío en tu poderoso valimiento para que, intercediendo ante el Dios de bondad, me sean perdonados mis pecados y me vea libre de males y desgracias.
Alcánzame tu espíritu de caridad y servicio para que amorosamente te sirva entregado a mis hermanos y a hacer el bien.
Padre celestial, por los méritos de tu fiel siervo San Martín, ayúdame en mis problemas y no permitas que quede confundida mi esperanza.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.