Sheinbaum advierte que irrupción peruana en la embajada mexicana sería “violación a las normas internacionales”

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, defendió con firmeza su decisión de otorgar asilo político a la ex primera ministra peruana Betssy Chávez, luego de que el líder interino de Perú, José Jerí, amenazara con ingresar por la fuerza a la embajada mexicana en Lima para detenerla. En su conferencia matutina del lunes, Sheinbaum dejó claro que una acción de ese tipo constituiría una violación a la soberanía nacional y al derecho internacional.
Jerí no se anduvo con rodeos: en una entrevista con el diario El Comercio, advirtió que “si se tiene que ingresar a la Embajada mexicana, se hará” para cumplir con un mandato judicial contra Chávez. Él justificó su postura en el argumento de “mal uso del asilo político”, aunque reconoció que aún analiza los compromisos internacionales del país.
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Ante esta amenaza, Sheinbaum remarcó que México ha actuado conforme a la Convención de Caracas de 1954, un tratado internacional que regula el asilo diplomático. La mandataria sostuvo que su gobierno no solo respeta las normas internacionales, sino que también defiende la tradición mexicana de ofrecer protección diplomática.
El tono de la disputa entre ambos países aumentó cuando el Congreso peruano declaró a Sheinbaum como persona non grata, una medida simbólica pero de fuerte carga política.
Perú justificó la decisión argumentando que México ha intervenido en sus asuntos internos, mientras que la diplomacia mexicana rechazó esas acusaciones como “falsas” y aseguró que obró “en estricto apego al derecho internacional”.
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No obstante, a pesar del cruce político, México descartó una ruptura en sus relaciones comerciales con Perú. Sheinbaum aclaró que el conflicto se limita al plano diplomático y que no hay intención de afectar los lazos económicos, pese al severo deterioro de la relación bilateral.
En paralelo, el gobierno peruano ha confirmado que respetará la inviolabilidad diplomática de la sede mexicana en Lima. Según la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, ese compromiso se sustenta en las convenciones de Viena de 1961 y 1963, que protegen los bienes, archivos y la residencia diplomática mexicana.
Por su parte, Jerí insiste en su postura beligerante: “No me limito y, si tiene que ingresarse a la embajada mexicana, se hará. No me tiembla la mano”, aseguró, en una frase con eco de confrontación directa.
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Sin embargo, admitió que aún no ha tomado una decisión definitiva, asegurando que cualquier medida se pensará “conforme a los compromisos internacionales”.
El panorama diplomático entre México y Perú quedó en un punto crítico. La discordia surgió cuando México concedió asilo a Chávez, liberada para preparar su defensa tras enfrentar un proceso que podría costarle hasta 25 años de prisión.
La tensión escala al recordar un episodio similar en Ecuador, donde fuerzas públicas irrumpieron en la embajada mexicana para detener al exvicepresidente Jorge Glas, generando un choque entre normas diplomáticas y soberanía nacional.
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