Sheinbaum cederá seis slots del AICM a aerolíneas de Estados Unidos tras desastre de AMLO

La administración de Claudia Sheinbaum decidió entregar seis slots del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México a aerolíneas estadounidenses, un movimiento que reconfigura la operación entre México y Estados Unidos en un momento de tensiones regulatorias. La medida beneficiará principalmente a United, American y Delta, y marca el primer ajuste relevante desde que Washington aplicó sanciones al sector aéreo mexicano.
El cambio ocurre mientras el Colegio de Pilotos Aviadores de México advierte que el proceso debe manejarse con precisión para evitar un desequilibrio en el reparto de horarios de aterrizaje y despegue. El gremio recordó que en 2023 las aerolíneas estadounidenses perdieron aproximadamente seis slots y que la devolución actual debe mantenerse dentro de un margen razonable para no ceder más espacio del necesario a los operadores extranjeros.
La decisión también apunta a mejorar la relación aérea bilateral, deteriorada desde que Estados Unidos impuso restricciones y endureció la supervisión de la aviación mexicana. Para el mercado norteamericano, este reajuste simboliza una posible tregua técnica; para México, representa una estrategia para destrabar acuerdos y facilitar operaciones hacia ese país, uno de los corredores aéreos más importantes del mundo.
La discusión sobre los slots revive otro debate de fondo: la capacidad real del AICM. Especialistas como Eliseo Llamazares recuerdan que el aeropuerto llegó a operar más de 60 slots por hora antes de los recortes, lo que indica que el sistema tiene margen para crecer si se recuperan las condiciones previas. Desde esa perspectiva, la cesión de horarios podría interpretarse como un acomodo temporal más que como un rediseño estructural del aeropuerto.
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El anuncio de Sheinbaum no es nuevo en su origen; en noviembre ya había adelantado que aceptaría ceder espacios operativos ante la presión del Departamento de Transporte de Estados Unidos. Esa postura buscaba desactivar un conflicto que podía escalar y afectar la conectividad aérea entre ambos países, particularmente en un mercado donde la competencia y la saturación son parte del día a día.
Los analistas, sin embargo, coinciden en que la solución no puede recaer únicamente en mover o redistribuir slots. Carlos Torres, especialista en aviación, ha señalado que las aerolíneas mexicanas difícilmente renunciarán a horarios que han consolidado durante años, pues forman parte de derechos operativos esenciales para su rentabilidad y presencia en el AICM. Para él, la verdadera urgencia del aeropuerto está en aumentar su capacidad, invertir en seguridad operativa y establecer una administración fiable de los horarios.
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Mientras las aerolíneas estadounidenses se preparan para recuperar su espacio en el aeropuerto capitalino, la discusión sobre la infraestructura aérea mexicana vuelve a quedar en evidencia. El AICM sigue siendo un nodo saturado que opera al límite, y decisiones como esta revelan que la política aeronáutica nacional continúa sujetándose a ajustes tácticos en vez de transformaciones de fondo.
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