El impacto del huracán Otis en Acapulco ha dejado a la región sumida en una profunda crisis económica, afectando drásticamente tanto la actividad turística como los sectores comerciales y laborales, según lo revelado por el sector privado y análisis especializados.

Julián Urióstegui Carbajal, presidente del Consejo de Cámaras Industriales y Empresariales de Guerrero (Concaingro), confirmó que el desastre natural ha ocasionado estragos considerables. Los datos son alarmantes: se estima que el huracán ha devastado el 100% de la economía de Acapulco y el 60% de la actividad económica de Guerrero, lo que ha asestado un golpe contundente a la capacidad del estado para generar ingresos locales.

El impacto más inmediato ha sido la pérdida total del 80% de la actividad turística en Acapulco, mientras que el 99% de los establecimientos de servicios comerciales y cadenas de supermercados han sufrido daños significativos. Existe un riesgo inminente de perder permanentemente el 90% de la fuerza laboral formal de Acapulco, lo que, según Carbajal, representa un duro golpe para una región que, a pesar de ser una esperanza de desarrollo para el sur-sureste, ahora se enfrenta a una devastadora realidad económica.

El presidente de Concaingro alertó sobre la vulnerabilidad extrema del estado, advirtiendo que, de no implementarse medidas inmediatas, Guerrero podría ubicarse como la entidad con mayor rezago económico entre los 32 estados del país, situándose incluso por debajo de Chiapas y Oaxaca. La dependencia del 96% de los recursos de la Federación agrava esta situación, dejando únicamente un 4% de capacidad para generar ingresos locales.

Reconstrucción de Acapulco podría demorar hasta cinco años

En paralelo, la proyección de recuperación del destino turístico de Acapulco es desalentadora. Jesús Carrillo, director de Economía Sostenible del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), indicó que la reconstrucción podría extenderse hasta cinco años si no se modifica la estrategia de respuesta implementada por las autoridades federales. La ausencia de servicios básicos, atención médica y el agravamiento de la inseguridad están generando un rápido desarrollo de autodefensas, poniendo en riesgo la ciudad y su población.

El éxodo de la población también es una preocupación. Carrillo advirtió que la situación podría provocar una migración a corto plazo, ya sea a nivel nacional o internacional, lo que amenaza con el abandono permanente del destino. Acapulco representa el 70% del PIB de Guerrero, con una economía centrada en servicios que emplean a la mayoría de la población. La pérdida de estos trabajos puede significar un golpe irreparable para la región.

En medio de este panorama desolador, urge un plan de rescate económico. El presidente de Concaingro solicitó la pronta implementación de un plan que priorice la recuperación del Estado de Derecho para atraer inversiones y reconstruir la región. El director de Economía Sostenible del Imco añadió que la inversión necesaria para el rescate podría superar los 15,000 millones de pesos, teniendo en cuenta los daños en viviendas no solo en Acapulco, sino en toda la zona afectada.

Fuente: El Economista/ Sectur

La esperanza recae en la pronta acción para reconstruir no solo las infraestructuras, sino también la confianza de inversionistas y el turismo. Héctor Magañana, académico del Tecnológico de Monterrey, resaltó la importancia de un programa de fomento turístico que garantice la seguridad de los visitantes, especialmente en el contexto de la próxima temporada de fin de año, una etapa vital para el sector turístico.

La agilización de trámites con las instituciones de seguros también se vuelve crucial para facilitar la llegada de recursos a quienes dispongan de este respaldo.

El destino de Acapulco se enfrenta a un largo y arduo camino hacia la recuperación económica, pero con la implementación inmediata de estrategias enfocadas en reconstruir, restaurar la confianza y asegurar la seguridad, se busca vislumbrar un futuro esperanzador para la región.