¿Cuándo será Baja California una isla?

Expertos explican el futuro geológico de la Península de Baja California y la influencia de la Falla de San Andrés
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¿Baja California cuándo será una isla?

La Península de Baja California, una de las regiones más emblemáticas del país, se encuentra en un lento pero constante proceso de separación del continente, lo que eventualmente la convertirá en una Isla independiente. Este fenómeno, conocido como Tectónica de placas, ha sido estudiado por especialistas de la UNAM, quienes advierten que aunque el cambio no será perceptible en el corto plazo, sus efectos transformarán la geografía del país en el futuro.

De acuerdo con estudios de la Estación Regional del Noroeste del Instituto de Geología de la UNAM, la Península de Baja California se desplaza entre cuatro y cinco centímetros al año hacia el noroeste, alejándose gradualmente del resto de México. En términos geológicos, esta velocidad representa un cambio significativo, pues acumulado durante millones de años podría aislarla por completo.

La principal responsable de este movimiento es la Falla de San Andrés, uno de los sistemas tectónicos más activos del planeta, donde interactúan la Placa del Pacífico y la Placa Norteamericana. La fricción entre ambas placas tectónicas es la causa de desplazamientos, deformaciones y de los grandes terremotos que han afectado tanto a México como a Estados Unidos.

Los geólogos estiman que dentro de un millón de años, la Península de Baja California se habrá desplazado aproximadamente 40 kilómetros hacia el noroeste. Según registros históricos, cuando los españoles llegaron a México en 1519, la península estaba al menos 24 metros más al sur que en la actualidad.

El desplazamiento no es solo una curiosidad científica: también plantea interrogantes sobre los cambios en el ecosistema, la formación de un nuevo océano y los posibles riesgos de sismos de gran magnitud. Los especialistas destacan que si ocurre un fuerte terremoto en la Falla de San Andrés, o si el cambio climático provoca el aumento del nivel del mar, la separación podría acelerarse y la región podría quedar rodeada de agua antes de lo previsto.

Este sistema de fallas, que se extiende a lo largo de 1,300 kilómetros desde California en Estados Unidos hasta el norte de Baja California, es un recordatorio de que las placas tectónicas mantienen en constante transformación la superficie terrestre.

El proceso que vive actualmente México es comparable al que hace 200 millones de años dividió al supercontinente Pangea y dio origen a los continentes y océanos modernos. La Tectónica de placas continúa modelando el planeta, aunque a un ritmo que solo se percibe en escalas de tiempo geológicas.

Aunque la conversión de Baja California en una Isla no será visible para las generaciones actuales, la ciencia confirma que es un destino inevitable.

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