Estados Unidos: Arranca diciembre con el golpe invernal más duro en años

El comienzo de diciembre en Estados Unidos dejó claro que el invierno no piensa esperar su turno. Una potente combinación de nevadas, hielo y temperaturas bajo cero se extendió desde el noroeste hasta el valle de Ohio, marcando el inicio del diciembre más frío en varios años y complicando la movilidad de millones tras el fin de semana festivo de Acción de Gracias. El país entra al último mes del año bajo una alerta climática que anticipa un invierno largo, intenso y lleno de desafíos.
La magnitud del fenómeno se explica por un sistema de baja presión que, desde el fin de semana, ha impulsado humedad del Pacífico hacia la Gran Cuenca y las Rocosas. Esta masa de aire, cargada de humedad y frío, provocó nieve fresca en zonas montañosas y mantuvo nevadas ligeras en áreas más bajas, preparando el terreno para las tormentas más severas que ahora avanzan hacia el este. Es el tipo de dinámica atmosférica que suele marcar temporadas invernales peligrosas.
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Los meteorólogos advierten que el primer tramo del mes será especialmente complicado, con múltiples rondas de clima invernal que dejarán acumulaciones significativas de nieve en decenas de ciudades. Para este martes se prevé la primera capa importante de la temporada en regiones que, hasta hace unos días, disfrutaban temperaturas otoñales. Esa transición brusca alimenta riesgos adicionales: carreteras congeladas, baja visibilidad y cortes en el suministro eléctrico.
A medida que el sistema avance hacia el Atlántico medio, el sureste y la costa del golfo, la amenaza cambiará de forma, pero no de intensidad. Se esperan lluvias generalizadas capaces de detonar inundaciones repentinas en estados del sur, mientras que el borde frío del sistema volverá a pintar de blanco los Apalaches y el interior del noreste. Es un patrón amplio y agresivo que abarca desde tormentas eléctricas hasta ventiscas, obligando a autoridades locales a reforzar operativos de emergencia.
El transporte aéreo ya resintió el embate del clima. Cerca de 1,800 vuelos fueron cancelados durante el fin de semana, acompañados por miles de retrasos que saturaron aeropuertos desde la Costa Oeste hasta Chicago. La cifra refleja un clima que no solo complica los desplazamientos, sino que tensiona la logística nacional justo cuando inicia uno de los periodos de mayor movilidad del año.
Las afectaciones se profundizan en el norte del país, donde dos tormentas invernales simultáneas mantienen bajo alerta al Servicio Meteorológico Nacional. En la región de los Grandes Lagos, las nevadas por efecto lacustre podrían dejar acumulaciones peligrosas, mientras que en las llanuras del norte se pronostica una “tormenta invernal mayor” que impactará al medio oeste con nevadas intensas, rachas de viento y condiciones de viaje extremadamente riesgosas.
Ciudades como Chicago ya anticipan entre 15 y 25 centímetros de nieve, un volumen que puede paralizar avenidas, interrumpir servicios y poner a prueba la capacidad de respuesta municipal. Las temperaturas nocturnas bajo cero, que persistirán durante gran parte de los próximos días, añaden un riesgo adicional para comunidades vulnerables y para quienes deben permanecer en carretera por motivos laborales.
Este comienzo gélido de diciembre confirma que el invierno llegó con semanas de adelanto y con una fuerza inusual. Estados Unidos se prepara para una temporada marcada por tormentas sucesivas, un clima impredecible y un desgaste operativo que pondrá a prueba infraestructuras de transporte, energía y seguridad.
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