Espectáculo de estrellas fugaces ilumina el cielo nocturno

Foto Pexels
Cada año, entre finales de octubre y principios de noviembre, la Tierra cruza un río de polvo cósmico asociado al cometa 2P/Encke, lo que provoca uno de los espectáculos astronómicos más esperados: la lluvia de estrellas conocida como las Táuridas. Este fenómeno llena el cielo de brillantes estrellas fugaces que se desintegran al entrar en la atmósfera terrestre.
A más de 100 mil kilómetros por hora, diminutos fragmentos de polvo espacial golpean la atmósfera y producen intensos destellos de luz visibles a simple vista. Los meteoros parecen surgir desde la constelación de Tauro, también llamada el toro, de donde las Táuridas toman su nombre.
La lluvia de estrellas se divide en dos corrientes: las Táuridas del sur y las Táuridas del norte. Las primeras tienen su máximo alrededor del 5 de noviembre, mientras que las segundas alcanzan su punto más intenso durante las noches del 11 y 12 del mismo mes, justo después del anochecer.
Astrónomos explican que los meteoros pueden observarse desde el momento en que Tauro aparece en el horizonte oriental. Conforme la constelación de Tauro asciende, el número de estrellas fugaces visibles aumenta, siendo la medianoche el mejor momento para disfrutar del fenómeno, cuando el toro se ubica casi en el punto más alto del cielo.
Para encontrar el radiante de las Táuridas, se recomienda mirar hacia el este y ubicar la constelación de Orión, reconocible por su cinturón formado por tres estrellas brillantes: Alnilam, Alnitak y Mintaka. Justo encima de Orión se encuentra Tauro, desde donde surgen la mayoría de los meteoros que iluminan el cielo en múltiples direcciones.
De acuerdo con la Organización Internacional de Meteoritos, la lluvia de estrellas Táuridas se mantiene activa durante varias noches, ya que la Tierra tarda entre una y dos semanas en cruzar la nube de partículas del cometa. Aunque no se caracteriza por ráfagas intensas como las Leónidas, ofrece un espectáculo constante y sereno.
Los especialistas comparan las Táuridas con una llovizna cósmica, en la que los meteoros aparecen de manera espaciada, permitiendo observarlos con calma sin necesidad de instrumentos astronómicos.
Durante octubre y noviembre, las estrellas fugaces de las Táuridas se convierten en protagonistas del firmamento, ofreciendo un espectáculo natural ideal para los amantes del cielo nocturno.
Astrónomos recomiendan alejarse de las zonas urbanas para apreciar plenamente la lluvia de estrellas, disfrutar de la oscuridad del entorno y dejar que el universo despliegue su brillo sobre la Tierra en estas noches de Táuridas.
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