“IA al mando: el Servicio de Administración Tributaria potencia la recaudación fiscal y redefine la fiscalización”

Foto: Cortesía
En el inicio de 2025, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) reportó un fuerte crecimiento en sus ingresos, atribuido en gran medida a la incorporación de herramientas digitales de fiscalización. Según declaraciones del académico y socio de auditoría Pedro Canabal, el organismo ha adoptado inteligencia artificial (IA) y auditorías electrónicas que mejoran significativamente la eficiencia en el control tributario.
Durante el primer trimestre del año, la recaudación federal –sin judicializar– alcanzó los 316 705 millones de pesos, lo que representa un aumento de 36,21 % respecto al mismo periodo de 2024, cuando se registraron 232 502 millones de pesos.
El SAT ha aprovechado más de dos décadas de acumulación de datos —desde que se integró el sistema de facturación electrónica (CFDI) y se digitalizaron operaciones tributarias— para alimentar modelos de IA que identifican a contribuyentes con alto riesgo de incumplimiento. “En lugar de disparar escopetas, hoy se utiliza un rifle de precisión”, comentó Canabal en entrevista.
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Entre los mecanismos implementados destacan:
- Auditorías electrónicas que pueden activarse sin contacto físico, gracias al artículo 42, fracción IX del Código Fiscal de la Federación.
- Notificaciones automáticas vía buzón tributario que presentan una resolución preliminar, línea de captura y plazo para aclaración o pago.
- Programas de autocorrección que incentivan a los contribuyentes a regularizarse antes de un proceso contencioso.
La estrategia tecnológica llega en un momento crucial: ante un panorama de crecimiento económico lento, el gobierno federal y el SAT optaron por reforzar la recaudación más que por introducir nuevos impuestos. El despliegue de IA se alinea con el objetivo de aumentar la eficiencia y reducir la evasión sin modificar la estructura impositiva básica.
A medida que la IA se consolide en los procesos del SAT, se espera que la fiscalización se enfoque cada vez más en la predicción del riesgo, el cruce automático de Big Data y la automatización de la cobranza. El reto será equilibrar esta modernización con la certeza jurídica del contribuyente, la transparencia de los algoritmos y la protección de datos personales.
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