Lula da Silva calma su retórica agresiva tras hablar con Giorgia Meloni

La esperada firma del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea volvió a entrar en terreno incierto tras el anuncio del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de que llevará a la cumbre del bloque sudamericano un pedido explícito de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, para postergar la decisión. El mensaje introduce una nueva variable política en un tratado que lleva más de dos décadas de negociaciones.
La cumbre del Mercosur se celebrará este sábado en Foz do Iguaçu, Brasil, con la expectativa inicial de cerrar finalmente el acuerdo con la UE. Sin embargo, las resistencias de países clave dentro del bloque europeo, particularmente Francia e Italia, han vuelto a tensar el proceso justo cuando parecía entrar en su fase final.
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Lula reveló que la solicitud de Meloni surgió de una conversación telefónica reciente, en la que la mandataria italiana pidió “paciencia” por un periodo que podría ir de una semana a un mes. Según el presidente brasileño, Italia estaría dispuesta a respaldar el acuerdo si se concede ese margen de tiempo adicional para ajustar posiciones internas.
El líder brasileño adelantó que expondrá este planteamiento ante los socios del Mercosur para que el bloque decida cómo proceder. Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay han manifestado su disposición a firmar el tratado, conscientes de que el acuerdo representa una oportunidad estratégica para ampliar mercados y consolidar su inserción internacional.
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La cautela europea se explica, en gran medida, por la presión de sus sectores agrícolas. Francia e Italia han expresado preocupación por el impacto que tendría la apertura comercial sobre sus productores, un malestar que se ha traducido en protestas, como las registradas este jueves en Bruselas, donde el presidente francés Emmanuel Macron reiteró que el acuerdo “no puede firmarse” en las condiciones actuales.
El giro conciliador de Lula contrasta con su postura previa. Apenas un día antes había advertido que, si el acuerdo no se concretaba de inmediato, difícilmente se firmaría durante su mandato. Tras hablar con Meloni, el presidente suavizó el tono y admitió que, si el tratado no está listo, Brasil no puede forzar una decisión unilateral.
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Del lado europeo, la Comisión Europea busca obtener el aval político de los Estados miembros en una cumbre en Bruselas, lo que refleja la complejidad del proceso interno en la UE. La firma del acuerdo requiere no solo consenso entre bloques, sino también equilibrio entre intereses económicos y presiones sociales.
El tratado UE-Mercosur, de concretarse, daría lugar a uno de los mayores acuerdos comerciales del mundo, facilitando la exportación europea de vehículos, maquinaria, vinos y licores, y ampliando el acceso de productos sudamericanos como carne, azúcar, arroz, miel y soja al mercado europeo. El debate ahora no es su contenido, sino el momento político para sellarlo.
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