México busca romper la barrera del “quinto partido” en el Mundial 2026 con nuevo formato de seis juegos

La Selección Mexicana enfrentará en casa el reto histórico de superar la eliminación temprana; ahora deberá llegar al sexto partido para alcanzar los cuartos de final
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El reto histórico del Tri

La Selección Mexicana vuelve a enfrentar la eterna pregunta rumbo al Mundial 2026: ¿podrá superar la barrera del “quinto partido”? Con la expansión de la Copa del Mundo a 48 equipos, ese objetivo se transforma en llegar al sexto partido, equivalente a los cuartos de final en el nuevo formato.

Ventaja de jugar en casa

México, como país anfitrión, tendrá la ventaja de disputar parte de la fase de grupos en territorio nacional. Además, llega con impulso renovado tras los buenos resultados bajo la dirección de Javier Aguirre, quien ha conquistado títulos en Concacaf y ha devuelto orden y competitividad al equipo tricolor.

Sin embargo, el reto no cambia. México no ha logrado avanzar a cuartos de final desde 1986 y en las últimas siete participaciones quedó fuera en la primera ronda de eliminación directa. El nuevo formato exige ganar dos partidos de eliminación para colocarse entre los ocho mejores, lo que eleva la exigencia física, táctica y mental.

Falta de profundidad en el plantel

Aficionados y analistas coinciden en que, pese al progreso, el equipo aún carece de la profundidad necesaria para competir de tú a tú con selecciones europeas y sudamericanas. Estas escuadras suelen marcar diferencia gracias a su experiencia en ligas de élite y torneos internacionales. Además, preocupa la ausencia de una generación consolidada que combine juventud, talento y experiencia al máximo nivel.

Escenario favorable para México

Aun así, México cuenta con condiciones positivas: la localía, un cuerpo técnico fortalecido, la posibilidad de avanzar como primero, segundo o incluso mejor tercero en la fase de grupos, y una base competitiva capaz de construir un torneo sólido si logra mantener regularidad.

La gran incógnita

La pregunta se mantiene: ¿podrá México ganar dos eliminatorias consecutivas ante rivales de mayor jerarquía y romper, ahora sí, la maldición histórica? La respuesta dependerá de la evolución del plantel en los próximos meses, de la capacidad de Aguirre para elevar el nivel competitivo y de la mentalidad con la que el equipo llegue al torneo.

El 2026 será una oportunidad irrepetible. México juega en casa, juega motivado y, sobre todo, juega contra su historia.

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