Migración de la Mariposa Monarca llega a México

La Mariposa Monarca comenzó su tradicional migración desde Estados Unidos y Canadá rumbo al centro de México, donde se asienta cada año para su periodo de hibernación. Este fenómeno natural, que se repite entre septiembre y noviembre, marca el inicio de una de las travesías más impresionantes del reino animal, al recorrer miles de kilómetros hasta los bosques de oyamel y pino de Michoacán y el Estado de México.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), las primeras mariposas llegan al territorio nacional durante octubre, pero es en noviembre cuando se concentran en los santuarios ubicados dentro de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca. Ahí, la llamada generación matusalem completará su estancia invernal antes de emprender el regreso hacia Estados Unidos a comienzos de la primavera.
La migración del Este, que agrupa al 90% de la población de Mariposa Monarca en América del Norte, parte desde las Montañas Rocosas orientales y atraviesa los estados de Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Querétaro, Zacatecas, Guanajuato, Aguascalientes, Estado de México, Hidalgo y Michoacán. Durante este trayecto, los ejemplares se alimentan y depositan huevos en las plantas de algodoncillo, garantizando así la continuidad de su especie.
Por otro lado, la migración del Oeste comprende a las poblaciones que habitan las Montañas Rocosas occidentales. Estas mariposas viajan desde el sur de Canadá y diversas regiones de Estados Unidos hacia la costa de California, donde se distribuyen en pequeños refugios para pasar el invierno. Aunque representan menos del 10% del total, cumplen un papel esencial en la conservación del ecosistema.
A lo largo de su recorrido por México, la Mariposa Monarca también puede observarse en menor número en entidades como Sonora, Durango, Jalisco, Baja California, Chihuahua, Morelos, Puebla, Veracruz, CDMX, Tlaxcala y Jalisco, lo que refleja la amplitud de su ruta migratoria. Estas apariciones se dan principalmente durante los meses de octubre y noviembre, coincidiendo con las corrientes de aire templado que facilitan su vuelo.
Las zonas de oyamel y pino donde se establecen los santuarios ofrecen el microclima ideal para la hibernación. La temperatura, la humedad y la altitud de los bosques de Michoacán y el Edomex permiten que millones de mariposas formen densas colonias, colgando de los árboles como si fueran racimos anaranjados que cubren las ramas por completo.
Expertos ambientalistas señalaron que esta migración es esencial no solo para el equilibrio ecológico, sino también para la economía local, ya que el turismo en torno a la Mariposa Monarca genera ingresos y promueve la conservación de los bosques. Además, recordaron que la mejor época para observarlas en los santuarios es entre noviembre y marzo, cuando las condiciones climáticas las mantienen más activas.
El regreso hacia Estados Unidos iniciará en marzo, cuando la generación matusalem comience su retorno, dejando tras de sí una nueva descendencia que continuará el ciclo vital de esta especie emblemática. Cada año, este fenómeno reafirma el vínculo biológico entre Canadá, Estados Unidos y México, y destaca la importancia de preservar los corredores migratorios que sustentan la vida de la Mariposa Monarca.
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