Rut de la Fuente Velázquez: un ascenso que confirma el liderazgo femenino en la Marina

La oficial sudcaliforniana alcanza el grado de Capitana de Corbeta Infante de Marina Paracaidista
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El ascenso de Rut de la Fuente Velázquez al grado de Capitana de Corbeta Infante de Marina Paracaidista dentro de la Secretaría de Marina representa la continuidad de una trayectoria sobresaliente. Además, confirma el avance sostenido de las mujeres en una institución históricamente cerrada para ellas: las Fuerzas Armadas.

Trayectoria marcada por disciplina

De la Fuente ingresó a la Heroica Escuela Naval Militar en 2009. Desde entonces consolidó una carrera caracterizada por disciplina, formación técnica y operaciones estratégicas en campo.

En 2014 egresó como Licenciada en Infantería de Marina y obtuvo certificaciones como paracaidista militar, instructora de tiro y oficial de mando. Estas habilidades, tradicionalmente asociadas al desempeño masculino, evidencian su preparación integral.

Mérito y requisitos cumplidos

Su ascenso no proviene de cuotas ni decisiones administrativas especiales. Por el contrario, responde al cumplimiento de requisitos como:

  • Años de servicio.
  • Evaluaciones académicas.
  • Desempeño operativo.
  • Méritos obtenidos en misiones.

Rut ha recibido menciones honoríficas en operaciones tácticas, condecoraciones de perseverancia y cargos de mando. Entre ellos, jefa de sección en unidades élite y responsable de áreas estratégicas dentro del Estado Mayor.

Presencia femenina con capacidad

En un entorno donde solo una fracción de los puestos de mando son ocupados por mujeres, su avance reafirma que la presencia femenina en la Marina ya no es excepcional por su rareza, sino por su capacidad.

En consecuencia, la Infantería de Marina demuestra que el mérito puede trascender las barreras históricas de género.

Un liderazgo basado en resultados

El ascenso de Rut de la Fuente evidencia que la profesionalización militar de las mujeres no solo es posible, sino necesaria. Además, amplía perfiles, fortalece cuerpos de seguridad y redefine un liderazgo basado en resultados.

Su trayectoria no abre puertas por simbolismo, sino por ejemplo. El mensaje es claro: las mujeres no solo ocupan espacios, los conquistan con capacidad, técnica y disciplina.

En una institución que exige rigor, su promoción confirma que el camino para crecer no está en el discurso, sino en la preparación.

Finalmente, en las Fuerzas Armadas la igualdad no se proclama: se acredita.

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