Sheinbaum asegura que “nadie influye” en la política de seguridad en México

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró este domingo que la política de seguridad nacional “se decide soberanamente” y sin injerencias extranjeras, en un mensaje que buscó reafirmar la independencia del país frente a recientes declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump. Durante su discurso ante una multitud reunida en el Zócalo capitalino, la mandataria enfatizó que “nadie influye en la política de construcción de la paz” y que las decisiones en materia de seguridad responden únicamente a la voluntad del pueblo mexicano y al trabajo cotidiano de su gabinete.
El pronunciamiento ocurre en medio de un clima de tensión con Washington, luego de que Trump declarara en agosto que México “hace lo que nosotros le decimos que haga” en materia de control fronterizo. La respuesta de Sheinbaum fue clara y calculada: reafirmar la autonomía del Estado mexicano en uno de los temas más sensibles de la relación bilateral. Sin mencionar directamente al expresidente estadounidense, subrayó que la estrategia de seguridad se define con base en “honestidad, certeza y perseverancia”, y no por presiones o condicionamientos externos.
A lo largo de su discurso, la presidenta destacó el trabajo de su gabinete de seguridad, con el que dijo reunirse cada mañana para evaluar avances y ajustar estrategias. Esa rutina —heredada del sexenio de López Obrador— busca proyectar continuidad institucional, pero también mostrar una presidencia con control operativo sobre el tema más complejo de su administración. “No hay improvisación, hay constancia y compromiso”, afirmó.
Aunque su intervención estuvo centrada en el ámbito interno, Sheinbaum abordó brevemente la relación con Estados Unidos. “Estoy segura de que llegaremos a un buen acuerdo con Estados Unidos y con todas las naciones del mundo en materia comercial”, dijo, en referencia a la renegociación del T-MEC prevista para el próximo año. Su mensaje implícito fue de equilibrio: cooperación económica sí, pero sin subordinación política.
En otros momentos del acto, la mandataria aprovechó para repasar los avances de su primer año de gestión. Destacó la reducción de la pobreza y la desigualdad, agradeció a su antecesor Andrés Manuel López Obrador y prometió continuidad en los proyectos emblemáticos de infraestructura. Entre ellos, propuso renombrar como “Tren del Golfo de México” la ruta México–Nuevo Laredo, en alusión al reciente intento de Trump por rebautizar el Golfo de México como “Golfo de América”, una ocurrencia que Sheinbaum transformó en gesto simbólico de identidad nacional.
En el plano económico, la presidenta resaltó la estabilidad financiera del país. Aseguró que la inflación se mantiene controlada, que la inversión extranjera directa es “récord histórico” y que el peso mexicano figura entre las monedas más estables del mundo. Además, adelantó que en 2025 la recaudación fiscal será mayor sin necesidad de aumentar impuestos, un mensaje dirigido a consolidar la imagen de disciplina y transparencia fiscal. “Cuando no hay corrupción, alcanza para más”, remarcó.
Sheinbaum cerró su discurso con un tono optimista, asegurando que México “vive un momento estelar” pese a las advertencias de organismos internacionales que habían anticipado un escenario adverso. Con altos niveles de aprobación y una narrativa centrada en soberanía, estabilidad y continuidad, la presidenta buscó consolidar la imagen de un gobierno firme ante presiones externas y enfocado en fortalecer su propio modelo de seguridad nacional. Su mensaje, más que una respuesta a Trump, pareció un recordatorio al país y al mundo de que México, bajo su liderazgo, no pretende recibir instrucciones.
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