Crece alarma en Michoacán por posible vínculo entre agua contaminada en Los Azufres y daño renal en jóvenes

Investigadores advierten que el agua contaminada en Los Azufres podría estar relacionada con el aumento de enfermedad renal crónica en comunidades del oriente de Michoacán
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Investigadores de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) alertan que el agua contaminada por la actividad de la Central geotermoeléctrica Los Azufres podría ser la causa de una alta incidencia de Enfermedad Renal Crónica (ERC) en municipios del oriente de Michoacán, donde se detectan casos en personas menores de 30 años, lo que sugiere un patrón distinto al de ERC asociada a diabetes o hipertensión.

Agua contaminada y geotermia: la hipótesis que sacude al oriente michoacano

Según los estudios presentados por la UMSNH, en municipios como Zinapécuaro e Hidalgo, Michoacán se han detectado niveles elevados de metales pesados en manantiales, ríos y pozos usados para consumo humano.

La investigación sostiene que la contaminación del agua coincide geográficamente con el área de influencia de Los Azufres, y plantea que la emisión de gases y líquidos nocivos por fugas o escapes de la planta geotermoeléctrica podría haber infiltrado mantos acuíferos.

El hallazgo es particularmente alarmante: el 35 % de los manantiales en el área de Hidalgo y más del 50 % en Zinapécuaro presentan algún grado de anomalía en su composición.

Una epidemia atípica: jóvenes con ERC en comunidades rurales

Los investigadores reportan que en la zona oriente del estado hay una proporción sorprendente de pacientes renales muy jóvenes, con un promedio de 27 a 30 años al inicio del tratamiento de hemodiálisis, lo que rompe con el perfil habitual asociado a ERC derivada de enfermedades crónicas como diabetes

En ese sentido, los afectados califican la situación como una “epidemia silenciosa” que ha devastado comunidades enteras desde hace más de 25 años.

Ante la gravedad, se demanda una intervención inmediata: no solo tratamiento médico, sino también un saneamiento ambiental y un diagnóstico riguroso del agua usada por la población.

La falla institucional: silencio, discrepancias y falta de acción

Aunque la investigación de la UMSNH fue presentada ante mesas interinstitucionales conformadas por autoridades ambientales y de salud desde 2022, no se ha traducido en programas de prevención ni en políticas de atención integral para los afectados.

Por su parte, autoridades estatales señalaron que los muestreos oficiales no detectaron los niveles tóxicos denunciados; contrataron un laboratorio certificado en la Ciudad de México para validar las denuncias, pero los resultados oficiales solo confirmaron contaminación bacteriana, por lo que se instalaron algunos filtros.

Esta contradicción ha generado desconfianza entre pobladores e investigadores, que denuncian “datos ocultos” y una omisión persistente a pesar del sufrimiento que reportan cientos de familias.

Si la hipótesis se confirma, sería imperativo crear un registro estatal de casos, impulsar monitoreo ambiental continuo, otorgar agua potable segura, y garantizar acceso a tratamiento médico, así como apoyo psicosocial a las comunidades afectadas.

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