Ataque con dron a sede de la ONU en Sudán deja seis cascos azules muertos en medio del conflicto civil

La ONU urge mediación regional para evitar una mayor escalada que podría desestabilizar el Cuerno de África.
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Un devastador ataque con dron contra la base logística de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Kadugli, capital de la región central de Kordofán en Sudán, cobró la vida de seis cascos azules, intensificando las tensiones en el prolongado conflicto civil que azota al país africano.

El incidente, ocurrido en las instalaciones de la Fuerza Provisional de Seguridad de la ONU para Abyei (UNISFA), representa un golpe directo a las operaciones de paz internacional en una zona marcada por la violencia entre facciones armadas.

Este suceso resalta la vulnerabilidad de las misiones humanitarias en medio de la guerra por el control del poder en Sudán, que ha desplazado a millones desde abril de 2023.

Las víctimas fatales fueron identificadas como seis soldados bangladesíes que formaban parte del contingente de paz de la ONU, mientras que otras ocho personas resultaron heridas en el bombardeo aéreo no tripulado.

El ataque se registró alrededor del mediodía local, destruyendo parte de la infraestructura clave para el mantenimiento de la estabilidad en la región de Abyei, un área disputada rica en recursos petroleros.

Este episodio se enmarca en la guerra civil sudanesa, que enfrenta al ejército regular, liderado por el general Abdel Fattah al-Burhan, contra las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar comandado por Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti), aliados en el golpe de Estado de 2021 pero rivales desde entonces por el dominio político y económico.

Más de dos años de combates han dejado decenas de miles de muertos, hambruna generalizada y una crisis humanitaria que afecta a 25 millones de personas, según informes de la ONU. El conflicto en Sudán 2025 continúa escalando, con acusaciones mutuas de violaciones al derecho internacional, incluyendo el uso indiscriminado de drones en áreas civiles y de paz.

El ejército sudanés, a través de un comunicado oficial, atribuyó el ataque a las FAR, describiéndolo como una “maniobra subversiva de la milicia rebelde y sus aliados externos” destinada a desestabilizar las operaciones de la ONU y ganar ventaja en el frente de Kordofán.

Ante la tragedia, el secretario general de la ONU, António Guterres, condenó enérgicamente el bombardeo y advirtió que tales ataques contra cascos azules podrían constituir crímenes de guerra bajo el derecho internacional humanitario, exigiendo que los responsables rindan cuentas ante la justicia. “La comunidad internacional no tolerará la impunidad en agresiones a quienes defienden la paz”, enfatizó Guterres en un mensaje difundido desde Nueva York, llamando a un alto el fuego inmediato en Sudán.

Este pronunciamiento resuena en el contexto global de la guerra en Sudán, donde la ONU urge mediación regional para evitar una mayor escalada que podría desestabilizar el Cuerno de África.

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