“Argentina muere”, dice Trump y condiciona ayuda monetaria a victoria de Milei

En el marco del acuerdo de estabilización cambiaria por 20 mil mdd que Estados Unidos firmó con Argentina para superar su crisis económica, el presidente Donald Trump afirmó que el país sudamericano está muriendo, lucha por sobrevivir y que no tienen nada.
El presidente Donald Trump decidió inyectar al menos 20 mil millones de dólares para estabilizar la economía de Argentina, pero condicionando ese respaldo a que su presidente, Javier Milei y su partido obtengan buenos resultados en las elecciones legislativas del próximo día 26 de octubre.
La justificación que presenta la Casa Blanca es de urgencia, Trump declaró que “Argentina está luchando por su vida. Nada les está beneficiando… no tienen dinero, no tienen nada, están luchando duro por sobrevivir”.
Argentina arrastra una crisis monetaria e inflacionaria severa, y Milei se ha comprometido con políticas de choque de corte neoliberal. La intervención financiera estadounidense se da mediante un intercambio de divisas entre el Tesoro de los EE.UU. y el banco central argentino, y se evalúa duplicar la cifra con financiación privada hasta los 40 mil mdd. Sin embargo, el respaldo ha generado fricciones tanto en Argentina como en Estados Unidos, entre agricultores que sienten que la ayuda favorece a Argentina más que a ellos.
La vinculación explícita del apoyo a un resultado electoral complica aún más el panorama político. Trump advirtió que “si él pierde, no vamos a perder nuestro tiempo con Argentina”, lo que generó reacciones de alerta en Buenos Aires por la llamada amenaza de retirada de respaldo externo. Esto no solo afecta la percepción internacional de Argentina como interlocutor soberano, sino que debilita la credibilidad del programa económico si se interpreta como una apuesta condicionada.
De acuerdo con analistas, esta alianza entre Trump y Milei abre una doble interrogante: ¿puede el respaldo millonario rescatar realmente la economía argentina sin reformas sociales profundas y sin rescatar también la confianza institucional? Y, por otro lado: ¿qué costo político y económico tendrá para Washington ese desvío de su tradicional política “America First” hacia un rescate de aliado extranjero? Las próximas semanas marcarán si este movimiento es un apoyo estratégico o una apuesta arriesgada en la geopolítica latinoamericana.
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