La ilusión de “los pagos chiquitos”: cómo los pagos mínimos esconden una trampa que erosiona tus ahorros

Lo que parece un alivio mensual puede convertirse en presión financiera silenciosa. La Condusef advierte sobre este tipo de financiamiento.
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Para miles de personas, comprar en “pagos chiquitos” es la manera más viable de adquirir de forma inmediata su estufa, refrigerador, lavadora o cualquier otro electrodoméstico para su hogar, sin embargo, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) advirtió que, dichos pagos esconden intereses y cargos que elevan el costo real del producto y prolongan la deuda mucho más de lo imaginado.

Más que conveniencia, lo que parece un alivio mensual puede convertirse en presión financiera silenciosa. La Condusef advierte que este tipo de financiamiento puede incrementar el costo final de una compra en más del 100 % respecto al pago al contado.

¿Cómo ocurre esto?

Especialistas financieros explican que, cuando un consumidor acepta pagar en muchos plazos pequeños, suele sobreponer la facilidad de pago mensual al verdadero costo total y al impacto de los intereses. Esa lógica seductora ,“solo pago X al mes”, funciona como gancho, mientras que el producto adquirido y los intereses emboscados trabajan en segundo plano.

Uno de los mayores peligros es que el usuario no revisa la amortización del capital. Paga mes tras mes, ve una cuota pequeña en su estado de cuenta y asume que avanza. Pero, en realidad, buena parte de ese pago va únicamente a cubrir los intereses o tarifas, mientras el saldo principal apenas baja. De ese modo, la denominada “cuota accesible” se convierte en una carga persistente, con efecto bola de nieve.

La pregunta que surge es: ¿cómo se protege un consumidor frente a esta trampa financiera? Primero, verificando qué parte de cada pago se destina al producto y qué parte al interés. Segundo, evaluando si la cuota mensual representa un porcentaje razonable de sus ingresos, los especialistas suelen sugerir que la deuda total no supere 10 al15 % de los ingresos netos.

Y tercero, considerando si es necesario posponer la compra para ahorrar o elegir financiar menos plazos. Estos pasos ayudan a que la facilidad de pago no se transforme en una camisa de fuerza financiera.

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