Tras 43 años de carrera, el Hijo del Santo se despide de la lucha libre

Hugo Salazar
Una noche de nostalgia y emoción
En medio del grito de “¡Santo, Santo!”, más de ocho mil aficionados se reunieron en el Palacio de los Deportes para despedir al Hijo del Santo, quien tras 43 años de trayectoria dijo adiós a los cuadriláteros, cerrando una de las páginas más emblemáticas de la lucha libre mexicana.
El combate estelar reunió al Hijo del Santo junto a Último Dragón y La Park, quienes derrotaron a Dr. Wagner Jr., Texano Jr. e Hijo de Fishman. La velada alcanzó su punto más alto cuando el heredero de la máscara de plata aplicó su clásica llave de a caballo sobre el Hijo de Fishman, sellando con victoria su última batalla en el ring.
Una trayectoria legendaria
El legado del Hijo del Santo trasciende fronteras:
- Compitió en México, Japón, Estados Unidos y Europa.
- Participó en cine, caricaturas y cómics, llevando la imagen del Santo a nuevas generaciones.
- Fue campeón de parejas de la AAA junto a Octagón, además de conquistar títulos nacionales de peso medio, wélter y tríos.
- En el CMLL, ganó el campeonato mundial de parejas, la Leyenda de Plata y el Grand Prix.
- En luchas de apuestas, obtuvo las máscaras de Silver King, Kato Kung Lee, Espanto Jr., Ángel Blanco Jr. y Pentagón Black, además de las cabelleras de íconos como Negro Casas, Brazo de Oro, El Dandy y Cassandro.
El relevo generacional
La función también marcó el inicio de una nueva etapa: Santo Jr., hijo del Hijo del Santo, consiguió su primera cabellera al rapar a Ángel Blanco Jr., mostrando que la leyenda de la máscara de plata continuará en la siguiente generación.
El evento incluyó combates de juniors, luchas femeniles y enfrentamientos de tríos y parejas, con figuras como La Park Jr., Juventud Guerrera, Psicosis y Lady Apache, quienes dieron espectáculo a la afición.
El adiós de una leyenda
El Hijo del Santo se despide como uno de los máximos referentes de la lucha libre mexicana, heredero de un legado cultural que comenzó con su padre, el Santo, y que hoy se proyecta hacia el futuro con Santo Jr.
La noche en el Palacio de los Deportes no solo fue un adiós, sino un homenaje a la pasión, disciplina y entrega de un luchador que durante más de cuatro décadas inspiró a generaciones dentro y fuera del ring.
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