¿Qué relación hay entre las cirugías estéticas y la salud mental? Este estudio lo explica

Un estudio reciente validado por la UNAM habla sobre la relación que hay entre las personas que se realizan cirugías plásticas con la salud mental y ciertos trastornos
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Según una investigación citada por la UNAM, muchas de las motivaciones para someterse a procedimientos cosméticos, como eliminar arrugas, acné, manchas, vello excesivo o corregir asimetrías faciales, no obedecen únicamente a imperfecciones visibles, sino a preocupaciones internas de carácter psicológico.

La profesora Mariblanca Ramos Rocha, de la Facultad de Medicina de la UNAM, explica que en un porcentaje elevado (75–80 %) existe presencia de trastorno dismórfico corporal (TDC), una condición en la que la persona percibe defectos físicos (reales o imaginarios) con gran angustia.

Depresión, personalidad y otros vínculos clínicos

El estudio señala que, en el caso de quienes presentan TDC, entre el 12 % y el 46 % también sufren depresión. Además, las alteraciones en la personalidad no son infrecuentes:

  • Trastorno límite de la personalidad (11,8 %)
  • Paranoide (10,9 %)
  • Evitativa (26,9 %)
  • Obsesiva (16,8 %)
  • Dependiente (5 %)

Este panorama clínico obliga al cuerpo médico a no limitarse al enfoque estético, sino a indagar las causas emocionales y psicológicas que motiva la decisión de la cirugía.

Ramos Rocha argumenta que el cirujano debe indagar si la motivación del paciente es “una molestia real o psicológica”, por influencia de redes sociales, presiones externas, etc.

Ética médica, cultura y límites profesionales

La investigación subraya que el profesional de la cirugía tiene obligaciones éticas más allá del bisturí. Entre esas responsabilidades se encuentran:

  1. Ofrecer asistencia de calidad y transparencia, dado que el paciente deposita gran confianza.

  2. Valorar si la cirugía supone un alivio real al sufrimiento psicológico, o simplemente obedece a una apuesta estética vacía.

  3. Tener el derecho de objetar si se considera que la operación no es adecuada para la salud mental del paciente.

Ramos Rocha también advierte sobre la influencia cultural: los cánones de belleza, el peso de las redes sociales y los ideales estéticos dominantes pueden empujar a personas sin patologías severas hacia decisiones extremas para ajustarse a esos patrones.

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